El Gobierno Federal ha tomado una postura negativa frente a la producción y el consumo de maíz transgénico en el país, pero eso ¿Qué implica?.
Tan solo después del petróleo, el maíz es el insumo natural con mayor uso a nivel industrial en todo el mundo y en el país más de 60 sectores industriales necesitan de este grano para generar valor.
El maíz es el cereal que más se produce en el planeta y México destaca como el séptimo productor de estar grano a nivel mundial, aunque cerca de la mitad de su consumo nacional responden a maíz transgénico importado de Estados Unidos (EE.UU.).
El maíz amarillo es una variante alterada del grano que se produce principalmente en los EE.UU., por su parte, el cultivo de maíz en México goza de una riqueza extensa en diversidad nativa, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), al menos 64 razas del maíz existen en el país.
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Dentro de casi ocho millones de hectáreas México genera más de 25 millones de toneladas de este insumo vital para la dieta de todos los mexicanos, sin embargo, para cubrir el consumo interno, el Gobierno se ve en la necesidad de importar otras 20 millones de toneladas de maíz modificado genéticamente, un 40 por ciento del consumo nacional.
Frente a este escenario complejo, el Gobierno Federal mantiene una postura firme y negativa contra la producción y el consumo del maíz modificado genéticamente en suelo mexicano, hasta el día de hoy existe un decreto presidencial que prohíbe el cultivo de esta grano alterado en el país así como el uso del glifosato, herbicida más usado en el mundo.
En ese sentido, luego de ser cuestionado sobre los temas tratados durante su reunión con el director ejecutivo de Bayer, Werner Baumann, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, enfatizó que su relación con el empresario, así como la del Gobierno de México y sus compromisos comerciales con empresas extranjeras no están «por encima de la independencia del país».
«No hay nada, por importante que sea, aunque se trate de comercio, que pueda estar por encima de nuestra independencia, y lo digo en este mes, nosotros no vamos a permitir que se viole nuestra soberanía«, enfatizó el mandatario durante conferencia de prensa.
Bayer, cuya principal filial es Monsanto, se ha defendido interponiendo más de 43 ampararos en contra de la prohibición del uso de glifosato y maíz transgénico en el país.
Asimismo, ha quedado demostrado, con evidencia de sobra que, el herbicida agrotóxico es un riesgo para la salud humana y el medio ambiente, De acuerdo con María Elena Álvarez-Buylla, directora nacional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el glifosato «es un genotóxico y produce estrés oxidativo«, además de ser catalogado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «probable cancerígeno para los humanos«.
«En el caso del gilfosfato se limitó y hay una investigación en el Conacyt para que se supla; y sí hay amparos pero se están atendiendo«, señaló López Obrador.
La especialista en genética molecular y miembro fundador de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, Álvarez-Buylla, precisó que el Conacyt trabaja junto con la alianza intersecretarial conformada por las Secretarías de Medio Ambiente, Salud, Agricultura y Desarrollo Rural, en impulsar al menos 60 proyectos agroecológicos para sustituir el glifosato por bioinsumos, como bioherbicidas y fertilizantes.
«no aceptamos el maíz transgénico, no aceptamos el fracking, no estamos dando concesiones en la minería», dejó en claro el mandatario tabasqueño.
El decreto presidencia que prohíbe el uso del glifosato en el país, mantiene bloqueada las importaciones de maíz transgénico con el fin de deshacerse de ellas para 2024, una decisión que podría generar un efecto contraproducente en los precios de varios productos, un riesgo para las economías de los millones de consumidores a nivel nacional.
Con más de 40 años de trayectoria en el país, la industrialización del maíz transgénico pareciera llegar a su fin, sin embargo el esfuerzo de diversas empresas productoras de alimentos a base de esta tecnología, pilares de la nutrición mexicana innegablemente desde hace varías décadas, se enfocan para sobrepasar los retos que implican los nuevos tiempos políticos del país.
Si bien ha quedado claro que existen diversos factores mundiales que pueden poner en jaque el abastecimiento de este insumo vital para la economía y gastronomía del país, como lo fue la lección de la pandemia por Covid-19 y la guerra en Ucrania y su ejemplo sobre la seguridad alimentaria.
Por su parte, Marcela Martínez, presidenta de la Cámara Nacional del Maíz Industrializado (Canami) resaltó el esfuerzo de las empresas convertidoras de maíz a nivel nacional en su misión por buscar oportunidades de desarrollo frente a los retos económicos del futuro.
La presidenta de la Canami enfatizó que actualmente se busca generar alianzas para impulsar la producción de maíz modificado genéticamente en México, la más reciente, destacó, se logró tejer con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), con el cual se firmaron convenios de colaboración.
«Somos centro de origen de este grano y de esta forma podemos enfocarnos de forma muy particular en el desarrollo del sur sureste del país «, subrayó.
Mientras el Gobierno Federal busca disminuir gradualmente tanto el consumo como la producción modificada del grano en el país, las empresas dedicadas a su transformación a nivel nacional se ven interesadas en impulsar el desarrollo productivo de este insumo al sur del territorio mexicano.
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JOVC
