El canciller Marcelo Ebrard, descartó detenciones y expulsiones masivas de migrantes en la frontera de México con Estados Unidos tras el fin de la política del Título 42.
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En entrevista con representantes de medios de comunicación, luego de una ceremonia en la Secretaría de Relaciones Exteriores, Ebrard afirmó que no se espera un movimiento de tal magnitud y que no es factible legalmente llevar a cabo deportaciones masivas en ese sentido.
Además, pidió evitar especulaciones sobre las cifras y reiteró que no se han registrado deportaciones de millones de personas en el pasado ni se espera que eso ocurra.
Para respaldar su argumento, el canciller destacó que el número máximo de expulsiones contabilizadas por el gobierno mexicano durante la aplicación del Título 42 no superó los 18,000 al mes. Esto contrasta con las más de 2.5 millones de aprehensiones de migrantes registradas por el gobierno estadounidense en la frontera, lo cual no implica automáticamente un número equivalente de deportaciones a México.
En respuesta a las controvertidas declaraciones del senador republicano John Neely Kennedy, quien propuso una intervención militar estadounidense en México para combatir el tráfico de drogas, Ebrard no se contuvo en expresar su descontento.
Calificó al senador de persona non grata e ignorante, y lo acusó de buscar notoriedad y atención pública con sus planteamientos «electoreros». Ebrard dejó claro que México defenderá su soberanía en todos los foros, incluido el Senado de los Estados Unidos, y que las declaraciones de Kennedy representan una posición minoritaria y ofensiva hacia México.
El canciller subrayó el compromiso del gobierno mexicano en abordar el tema migratorio y colaborar con Estados Unidos en encontrar soluciones conjuntas.
Destacó la importancia de mantener un diálogo respetuoso y constructivo para abordar los desafíos compartidos en la región, como el tráfico de drogas y la migración irregular.
En conclusión, Marcelo Ebrard descartó la posibilidad de detenciones y expulsiones masivas de migrantes en la frontera con Estados Unidos tras el fin de la política del Título 42. También rechazó las propuestas de intervención militar en México y enfatizó la importancia del diálogo y la colaboración entre ambos países para abordar los desafíos comunes.
