Rosario Ibarra Piedra es recordada como una mujer que dedicó la mitad de su vida a la defensa de los Derechos Humanos y la búsqueda de justicia en México. Sin embargo, tras recibir la noticia hace 48 años de la detención de su hijo Jesús Piedra Ibarra de 21 años, quien fue víctima de tortura por parte de la Policía Judicial unida con la entonces Dirección Federal de Seguridad (DFS) y ser desaparecido por las mismas autoridades, comenzó su búsqueda sin respuesta.
Es importante recalcar que detrás de la situación de la familia Piedra Ibarra se encontraban aproximadamente 100 mil madres más en busca de sus hijos desparecidos y donde muchas de ellas murieron sin encontrar respuesta y justicia. Pero el trabajo y la constante voz de oposición de Rosario Ibarra de Piedra fue determinante en la construcción en la democracia del país, Ibarra Piedra fue esa mujer que aun en una época de represión y violencia no titubeó para alzar su voz en contra del gobierno, el cual en ningún momento acepta oposiciones.
Si bien, es una voz que aún resuena con sed de justicia y la exigencia de los hijos no sean olvidados, así como insistir al gobierno de realizar su trabajo en buscar e indagar en cada una de las desapariciones forzadas y que no sean los padres quienes con sus recursos lleven desde días hasta años en busca de sus seres queridos.
Un acto recalcado fue la fundación de Eureka, un Comité pro-defensa de presos perseguidos, desaparecidos y exiliados Políticos de México, con el cual sentó un precedente en la historia del país. Asimismo, las madres y padres se organizaron para sumar sus esfuerzos y así comenzar a buscar a sus hijos, difundir información, fotografías y de esta manera exigir aún más a las autoridades respuestas a lo largo y ancho del país, aunque siempre encontraban más preguntas que respuestas.
El trabajo de Eureka es más visto en el país, madres de Jalisco, Sinaloa, Nuevo León, Guerrero, Puebla y la Ciudad de México se reunieron por primera vez en el convento de San Hipólito y meses después lograron convocar una marcha de más de 20 mil personas. La violencia en México convoca cada vez a más familiares que buscan por mar y tierra. Es precisamente el origen de la frase tan resonada: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
La madre de Jesús Piedra fue una luchadora valiente que marcó un progreso importante en la defensa por los Derechos Humanos, una lucha en la que sostuvo por casi 50 años y donde construyó una trayectoria admirable. Fue nominada al premio Nobel de la Paz en cuatro ocasiones y galardonada por diferentes instituciones, como en el Senado de la República de la Medalla de honor Belisario Domínguez, por ello, se reconoció su trabajo, valentía y fortaleza.
Rosario Ibarra murió en un lucha por encontrar a su hijo desparecido en manos del Estado. Una historia que muestra la impunidad en los casos por desaparición, mismo donde las autoridades e instituciones han querido ocultar y borrar las historias sin reconocer la violencia de las instituciones encargadas de promover la paz y seguridad.
Es alarmante la situación de violencia sustancial en los últimos 15 años, por lo que al menos de cada tres desapariciones forzadas registradas en el país se han suscitado en los tres años de gobierno. Ante esto es imprescindible reconocer a Rosario como una mujer en un lucha constante en las que miles de madres viven la misma historia.
Para homenajear a Rosario Ibarra se necesita reconocer a todos los colectivos de madres que buscan a sus hijos , así como obligar al Estado a realizar su trabajo en la búsqueda de las casi 100 mil personas desaparecidas en México. Por otra parte, de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se identificaron más de 50 mil cuerpos encontrados en fosas clandestinas en el país, lo cual tomaría más de 120 años, sin contar los nuevos cuerpos que se suman cada día.
Lamentablemente en la actualidad se ha incrementado el número de desaparecidos y con esto miles de madres y padres quienes buscan la mejor forma de honrar la gallardía de personas defensoras como Rosario y colectivos, a quienes siguen en una búsqueda y tienen la esperanza de encontrar a los suyos.
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MAO
