Durante su reciente visita a Washington, el presidente Andrés Manuel López Obrador, no sólo recibió la instrucción de la Vicepresidenta Kamala Harris de recapturar a Rafael Caro Quintero, también le han solicitado la extradición del narcotraficante mexicano, detenido el sábado pasado.
Estados Unidos no le perdona a Caro Quintero haber ordenado el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena Salazar en 1985, por lo que después de un meticuloso trabajo de la DEA ubicaron al narcotraficante en el municipio de Choix, Sinaloa y lo quieren en prisión estadounidense.
De ser extraditado Caro Quintero a Estados Unidos, una Corte Federal de California, desclasificaría el expediente de Caro de manera automática. Y debido a que en la investigación correspondiente aparece el nombre de Manuel Bartlett Díaz como implicado en el crimen de “Kiki” Camarena, el Gobierno estadounidense reclamaría a su par mexicano que Bartlett declarara en Estados Unidos, sobre el escabroso caso.
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De presentarse este escenario, el mandatario López Obrador enfrentaría al dilema de pedirle a Bartlett no sólo su renuncia o al menos una licencia a su cargo como director de la CFE, sino que tendría que ir más allá: ordenarle su comparecencia ante un juzgado americano sobre el caso Camarena.
¿Entregaría López Obrador al poderoso, influyente e intocable Manuel Bartlett?, requerido por Estados Unidos para que comparezca por el caso “Kiki” Camarena. Estados Unidos presiona y no quita el dedo del renglón: quiere a Bartlett ante la justicia americana.
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NILY
