La conmemoración Día del Trabajo tiene su origen en la represión de una manifestación obrera en Chicago, Estados Unidos, ocurrida el 1 de mayo de 1886.
En México, durante la Revolución Mexicana, la Casa del Obrero Mundial unificó a varias organizaciones obreras. Sus afiliados decidieron conmemorar públicamente ese día a partir de 1913.
Según la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, ese mismo año se celebró el primer desfile, en el que participaron más de 25 mil trabajadores.
La reconversión laboral
La crisis económica y laboral ocasionada por la pandemia por Coronavirus que azotó el mundo, se aceleró una transformación que se esperaba ocurriera en al menos 10 años más
El trabajo en casa representa una prueba para las capacidades de empleados, empleadores, instituciones y organizaciones públicas y privadas para adaptarse a las circunstancias actuales y crear nuevos mecanismos que permitan cumplir con los objetivos laborales.
Juana Patlán Pérez, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM aseguró que este proceso identifica algunas de las características que las empresas buscan en su personal: aprendizaje activo; pensamiento crítico y análisis; creatividad e iniciativa; liderazgo, y uso de las tecnologías. Señaló que a escala individual el principal impacto del trabajo a distancia es la necesidad de adaptación.
La maestra y doctora en administración por la Universidad Nacional, señala la importancia de que los empleadores reconozcan el esfuerzo que han hecho los empleados ante la situación que se ha vivido en los últimos meses.
El denominado home office ha ido en incremento en todo el mundo. Hoy, el Foro Económico Mundial considera al teletrabajo como uno de los impulsores de la transformación laboral. De acuerdo con plataformas especializadas en empleos, 41 por ciento de los negocios a nivel global reporta que utiliza el esquema de teletrabajo en alguna medida.
Según el informe Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, publicado por la Comisión Económica para esa región, CEPAL, y la Organización Internacional del Trabajo, OIT (noviembre 2020), la reactivación del mercado laboral pos-COVID-19 será lenta y se necesitará más tiempo para que los principales indicadores del mundo del trabajo regresen a los niveles previos a la crisis sanitaria.
Capacidad de adaptación
De acuerdo con el informe, pero de mayo 2020, el impacto de la pandemia en los mercados laborales regionales también depende de la capacidad de los países de adaptarse a las nuevas formas de trabajo. Si bien el realizado a distancia es una posibilidad para muchos, no todos los países cuentan con la infraestructura tecnológica adecuada para ello.
En la región, 67 por ciento de la población es usuaria de internet, pero existen diferencias significativas tanto entre las naciones como dentro de ellas. En México, con base en la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (2019), hay 80.6 millones de usuarios de la red; es decir, 70.1 por ciento de la población de seis años o más, y se estima que 20.1 millones de hogares disponen de ese servicio.
Sin embargo, no es suficiente tener los medios de conectividad para garantizar un home office productivo, sino que se requiere que el empleado domine las tecnologías además de tener la capacidad de planear y organizar el trabajo, gestionar el tiempo y tener control de las demandas laborales, explicó Juana Patlán.
Cambios en las gestiones
La integrante del Sistema Nacional de Investigadores considera que los empleados deben organizar la jornada de ocho horas establecida en el Convenio 1 de la OIT, pero ahora en sus hogares. “Hay que ser autónomo, organizado y tener control sobre el trabajo. A esas habilidades se suman la constante capacitación y actualización”.
El Informe sobre el Futuro de los Empleos del Foro Económico Mundial refiere que 50 por ciento de los empleados necesitará volver a formarse en 2025, a medida que aumente la adopción de la tecnología.
El impacto del trabajo a distancia también se observa en el contexto familiar; las personas no sólo tienen una carga laboral, sino responsabilidades en su hogar. “En tales casos es en los que más se requiere organizar los tiempos”, menciona la especialista universitaria.
“En cuanto al aprendizaje y desarrollo de habilidades dependemos de la voluntad del trabajador; muchos toman los cursos de capacitación, pero no aplican lo que aprendieron en sus labores”, recalca la experta.
En tanto, las organizaciones deben fomentar el autoaprendizaje para mantener actualizado a su personal. “Quienes no logren un aprendizaje activo podrían estar en riesgo de no tener ascensos o mejoras en su salario y, en el peor de los casos, perder el empleo”, aseveró Patlán Pérez.
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