Tras el atentado en la primaria en Uvalde, Texas, el pediatra Roy Guerrero narró este miércoles en la audiencia sobre la violencia armada en Estados Unidos, ante el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, sobre las escenas vividas en esos momentos, como los gritos desgarradores de los padres de familia rogando saber si estaban vivos o muertos.
“Esos llantos de madres nunca me los quitaré de la cabeza. Sé que nunca olvidaré lo que vi ese día”.
Roy Guerrero, pediatra
Sin embargo, Miah Cerrillo de 11 años fue una de las alumnas sobrevivientes, pues declaró que se había untado sangre de una amiga asesinada por Salvador Ramos, el tirador. Ante esto, el doctor señaló que la pequeña en ese momentos se encontraba en shock y con una herida de bala en el hombro y aun así fue el mismo pediatra que salió a avisarle s a sus padres que su hija estaba viva.
Cuando regresó a la sala de emergencias, se encontró con escenas que “ninguna oración aliviará, nunca”.
Pue se trató de dos niños cuyos cuerpos fueron pulverizados por las balas disparadas contra ellos. Durante la audiencia indicó que estaban decapitados y cuya carne fue desgarrada, dijo ante un silencio total en el lugar. Por lo que la única pista de sus identidades fueron los pedazos de ropa de dibujos animados salpicados de sangre.
En este contexto, el especialista esperaba que esos dos cuerpos fueran una trágica excepción en la lista de sobrevivientes. Pero no lo fue, pues mientras esperaba con mis compañeros médicos, enfermeras, paramédicos, por las demás víctimas, los sobrevivientes nunca llegaron y así solo confirmaron los cuerpos de 17 niños y las dos maestras que los cuidaban.
De esta manera, Guerrero señaló al gobierno de EE.UU por la violencia armada en el país y dijo que los niños inocentes de todo el país están muertos porque las leyes y las políticas permiten que las personas compren armas antes de que tengan la edad legal suficiente para comprar un paquete de cerveza.
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MAO
