De los 1,800 millones de vacunas prometidas por los países ricos, hasta la fecha solo se han suministrado 261 millones.
Pese a que la única forma de frenar el avance del SARS-CoV-2 y de que aparezcan nuevas variantes más peligrosas es con la vacuna contra la COVID, sólo el 1.3 por ciento de la población de los países pobres cuenta con el esquema completo.
Esto es denunciado, pues las farmacéuticas y los países ricos sólo han suministrado una séptima parte de las dosis prometidas.
Hasta la fecha solo se han suministrado 261 millones, mientras que las empresas farmacéuticas occidentales han entregado únicamente el 12 por ciento de las dosis destinadas, por ejemplo; España ha entregado hasta el momento 6.2 millones de los 30 millones de dosis que prometió, es decir, únicamente el 21 por ciento.
«La naciones ricas y las comparaciones están fallando vergonzosamente a la hora de cumplir sus promesas y bloquean la solución real que brindaría a las poblaciones más pobres la capacidad de fabricar sus propias vacunas. Esto solo demuestra que, tristemente, las personas más vulnerables no pueden confiar en la generosidad y claridad de los países más ricos y las empresas farmacéuticas. La consecuencias son horribles: cientos de miles de personas mueren a causa de la COVID-19», señala Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.
A pesar de esto, lo cierto es que únicamente dos países de la UE han entregado más dosis que España: se trata de Alemania y Francia, que han dado 12,394,960 y 10,704,080 dosis, respectivamente. Lo que por otra parte, es únicamente el 12 y el 9 por ciento de lo comprometido por estos estados. En cambio, Austria ha donado más de las prometidas, pero siguen siendo menos de las entregas por España, con 2, 15 millones de dosis entregadas cuando prometió un millón.
Canadá sigue la misma lógica y se ha hecho con más de 970.000 dosis de COVAX, mientras que solo ha entregado 3,2 millones, o sea el 8 por ciento de los 40 millones de dosis que prometió. Alemania, otro país que bloquea la renuncia, mientras que Estados Unidos es el país que ha proporcionado más dosis de por lo menos 177 millones, pero esta cifra representa solo el 16 por ciento de los 1.100 millones de dosis prometidas.
«En este último año, desde que India y Sudáfrica presentaron la propuesta de suspender las patentes, ha habido más de tres millones y medio de muertes. Es inmoral que algunos países no hayan llegado al 3 por ciento de la población vacunada y sigamos negociando», aseguró la directora de Salud por Derecho, Vanessa López.
De los 994 millones de dosis destinadas a COVAX por Johnson & Johnson, Moderna, Oxford/ AstraZeneca y Pfizer/BioNTech, solo se han entregado 120 millones, lo que corresponde a un 12 por ciento, cifra 15 veces menor a los 1,800 millones de dosis suministradas a los países ricos por estas mismas empresas. Pues Johnson & Johnson ni Moderna han aportado todavía una sola de las dosis que prometieron.
«La única manera de poner fin a la pandemia es compartir la tecnología y los conocimientos con otros fabricantes cualificados», dice Beatriz Novales de Oxfam Intermón.
Asimismo, les pide que exijan a las compañías farmacéuticas, por medio de todas sus herramientas legales y políticas, que compartan los datos, los conocimientos y la tecnología relacionados con la COVID-19 , con la iniciativa de acceso mancomunado a la tecnología «Technology Acces Pool» y el centro de transferencia de tecnología de ARNm de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Sudáfrica.
Por último, se les propuso invertir en centros de fabricación descentralizados en los países empobrecidos para transformar un mundo de monopolios y escasez de vacunas, por eso se pide redistribuir inmediatamente las vacunas existentes de forma equitativa entre todas las naciones para cumplir el objetivo de la OMS de alcanzar un 40 por ciento de vacunación entre la población de todos los países finales de 2021 y un 70 por ciento a mediados de 2022.
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B.D.V.S
