Tras la propuesta del gobierno socialista de Pedro Sánchez, el Parlamento español aprobó recientemente una modificación a la ley para regularizar la eutanasia y el suicidio asistido en todo el país. La aprobación entrará en vigor en tres meses.
El congreso de Diputados aprobó la mencionada ley con 202 votos a favor emitidos por los partidos regionalistas, de centro y de izquierda; hubo dos abstenciones y 141 votos en contra ejercidos principalmente por partidos de derecha.
La regulación determina que toda persona con enfermedad grave e incurable o con padecimiento crónico imposibilitante podrá solicitar asistencia para una muerte digna. La solicitud será válida solo si el peticionario es de nacionalidad española o residente legal y tiene la capacidad y conciencia de hacer la petición.
Además, establece que cualquier médico puede negarse a realizar esta práctica.
España, séptimo país
Con esta aprobación, España se suma a la lista de países donde la muerte digna y asistida es reconocida como derecho. Los países en dicha lista son: Nueva Zelanda, Bélgica, Canadá, Luxemburgo, Holanda y Colombia.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, aseguró que España avanza en el «reconocimiento de los derechos», así como en una sociedad «más justa y decente».
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Debate público
El conservador José Ignacio Echániz, del Partido Popular, subrayó que «no existe demanda social objetiva», y aseguró que comités de bioética consideran que la ley abre la puerta a «eutanasias no solicitadas» y España puede convertirse en un país de «turismo eutanásico».
Convocados por asociaciones católicas decenas de personas se concentraron para protestar contra la legalización. Los manifestantes portaban pancartas en las que podían leerse lemas como «Gobierno de la muerte», «Protege la vida» o «No hay derecho a matar».
Por su parte, la Conferencia Episcopal Española (CEE) lamentó la aprobación y llamó a favor de la objeción de conciencia y de la «cultura de la vida» para decir con fuerza ‘No matarás’.
AS.
