El primer ministro en funciones israelí, Benjamin Netanyahu, señaló que no permitirán ningún acto de violencia en Jerusalén.
Lo anterior, después de que en las últimas horas hubo enfrentamientos entre la policía y manifestantes palestinos que radican en la ciudad.
“Impondremos la ley y el orden de manera firme, pero responsable, y continuaremos salvaguardando la libertad de culto para todas las religiones, pero no permitiremos protestas violentas”, señaló el mandatario.
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Los hechos violentos dejaron un saldo de 300 personas heridas, durante el caos que se desató las noches del viernes y sábado pasado.
La mayoría de los heridos fueron jóvenes de Palestina que se manifestaron en la Puerta de Damasco.
Ante estos incidentes, milicianos palestinos lanzaron cuatro cohetes —dos de ellos fallidos— desde Gaza hacia Israel.
El ataque hizo sonar las alarmas antiaéreas en poblaciones de Israel cercanas al enclave.
“Se dispararon dos cohetes desde la Franja de Gaza”, informó el ejército israelí en un comunicado.
Uno de los misiles fue interceptado por el sistema antiaéreo Cúpula de Hierro. El otro cohete probablemente impactó en una zona no habitada y no causó heridos ni daños materiales.
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