La clase política del país calificó el asesinato como un ataque a la propia democracia.
Una comitiva que transportaba el cuerpo del ex primer ministro Shinzo Abe llegó este sábado 9 de julio a su casa en la capital japonesa, mientras la policía de la ciudad occidental de Nara, donde fue asesinado, reconoció errores de seguridad.
Los dolientes se reunieron en la residencia y en el lugar del atentado el viernes en Nara, donde el líder más longevo de Japón en la historia moderna fue abatido a tiros en un inusual acto de violencia política mientras pronunciaba un discurso de campaña.
La policía detuvo a un hombre de 41 años inmediatamente después de que Abe recibiera varios disparos a corta distancia y mencionó que el sospechoso había usado un arma de fabricación casera.
“No podemos negar que hubo problemas con el plan de seguridad, teniendo en cuenta cómo terminaron las cosas, tengo un gran sentido de la responsabilidad”.
jefe de la policía de la prefectura de Nara, Tomoaki Onizuka
El cuerpo de policía local que se encargó del acto de campaña dijo el sábado que el dispositivo de seguridad había sido deficiente.
Está previsto que el próximo lunes se celebre una velada, previo al funeral del ex primer ministro que tendrá lugar el martes 12 de julio, con la asistencia de amigos cercanos, según medios de comunicación local.
También medios de comunicación japoneses informaron, citando fuentes policiales, de que el sospechoso, Tetsuya Yamagami, había dicho a la policía que creía que Abe estaba vinculado a un grupo religioso al que culpaba de haber arruinado económicamente a su madre y de haber roto la familia.
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