Bogotá, Medellín y Cali son el epicentro de las manifestaciones en Colombia que se desarrollan desde el pasado 28 de abril como consecuencias de las políticas sociales y económicas del gobierno, cuyo detonante fue la reforma tributaria propuesta por el presidente Iván Duque.
Las consecuencias de las llamadas jornadas de Paro Nacional han traído al traste la muerte de más de 40 ciudadanos y la desaparición de un centenar y medio de ellos, en jornadas de represión que han contado con la presencia de efectivos policiales y del Ejército colombiano.
Una situación que preocupa, además, dentro del escenario que se vive en el país sudamericano es el crecimiento en los casos de Covid dentro de la capital colombiana.
Ayer, el Ministro de Salud, Fernando Ruiz aseguró que durante la próxima semana se estarán viendo los efectos de las aglomeraciones en las calles, siendo los jóvenes quienes más se están viendo afectados y que duran más tiempo en las UCIS.
Esta tendencia puede afectar la estabilidad que, según el ministro, se estaba viendo. “En Bogotá se estaba llegando a un control en el contagio, pero hemos visto como se puede generar un nuevo pico», señaló.
El lunes, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, señaló que: “Desafortunadamente ya no van a ser las dos sino las cuatro semanas más difíciles de nuestra vida, ya estamos al triple de la ocupación de camas UCI en Bogotá”.
Recientemente, la propia mandataria local, anunció a través de un video publicado en sus redes sociales que dio positivo en una prueba PCR de coronavirus, aunque se encuentra con síntomas leves y permanecerá en reposo por recomendación médica.
Aunque se busca una negociación ante los hechos que se viven en Colombia entre el Gobierno nacional y el Comité del Paro a través de una Mesa de Negociación Nacional, las principales ciudades del país continúan en una ola de asesinatos, muertes, incertidumbre, en la que la calamidad sanitaria pudiera pasar factura para una nación que ha tenido una reacción tardía ante la crisis por la pandemia.
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LYMA
