A dos días de la reunión entre López Obrador y Joe Biden, presidente de Estados Unidos, todavía se barajan los posibles temas de la reunión, misma que se da en un ambiente delicado para ambos mandatarios.
Por un lado, en casa, Biden se encuentra ante la renovación de la Cámara de Representantes y el Senado, y por consiguiente, su control, además de la renovación de algunas gubernaturas y de posiciones dentro de su gabinete y en ese sentido, es importante para el mandatario estadounidense el voto latino en la Unión Americana, por lo que la presencia de López Obrador le podría venir de gran ayuda.
En lo que respecta al mandatario mexicano, la situación en nuestro país no es la mejor debido al ambiente de violencia que se vive actualmente, pues recientemente, la administración de López Obrador sobrepasó la cifra de homicidios dolosos del gobierno de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en un lapso mucho menor del que les correspondió a sus antecesores.
En lo que se refiere a los temas, la migración no puede faltar, pues hace tan solo unas semanas, para muchos fue visible el control migratorio que tanta falta hace y que, de no llevarse a cabo, producirá muchas más muertes como las que se vieron en aquel tráiler encontrado en Texas.
Por otra parte, la economía no podría quedar fuera, pues ambos países experimentan una situación inflacionaria con pocos antecedentes comparables a los actuales. Aunque no todo corresponde a la cooperación, ya que también hay límites que López Obrador se ha empeñado en cruzar.
Entre los temas que se encuentran fuera de la agenda bilateral, está el financiamiento a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), misma en la que participa el gobierno de Estados Unidos y la cual ha sido señalada continuamente por el mandatario mexicano por estar “en contra de su gobierno”, pues no acepta la crítica.
El otro tema compete a Julian Assange, fundador de Wiki Leaks, pues en días pasados, López Obrador se pronunció a favor del asilo político para el responsable de la filtración de documentos clasificados del gobierno estadounidense y el cual no parece que vaya a ser muy indulgente, aunque el buen trato lo puede esperar por parte del presidente de México… en detrimento del que debería darle a los periodistas mexicanos.
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Por último, y no es seguro que se toque, el tema de Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, esto debido a que la semana pasada, el diario estadounidense, The New York Times, indicó que la cercanía del diplomático eon el gobierno de la 4T no ha sido visto con buenos ojos en Washington, ya que consideran que no está defendiendo los intereses de su país. Cierto o no, será tema de conversación.
Sin embargo, es un hecho que ambos presidentes tienen mucho de qué hablar, pues la relación bilateral no ha sido del todo buena desde que Biden entró en el Despacho Oval y López Obrador ni siquiera le reconoció la victoria en las elecciones.
