Un estudio realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Fórum Brasileño de Seguridad Pública dio a conocer que al menos 35 mil niños y adolescentes han perdido la vida de forma violenta en Brasil entre 2016 y 2020, lo que supone un promedio de siete mil víctimas de asesinato por año.
De ese total, más de 31 mil víctimas eran adolescentes entre los 15 y 19 años, pero los casos que más han aumentado son los de menores de 4 años de edad, con un crecimiento del 27 por ciento entre 2016 y 2020.
Entre 2016 y 2020 fueron identificadas al menos 1.070 muertes violentas de niños de hasta 9 años de edad, pero solo en 2020, cuando la pandemia de la Covid llegó a Brasil y obligó a que las familias permanecieran en sus casas.
De acuerdo con la investigación, las causas de las muertes cambian de acuerdo con la edad. Mientras los niños suelen ser víctimas de violencia doméstica y pierden la vida a manos de agresores conocidos, en su mayoría familiares cercanos, los adolescentes mueren lejos de sus casas, víctimas de la violencia armada urbana y del racismo.
«En el total de niños hasta los 9 años asesinados, el 56 por ciento eran negros, el 33 por ciento eran niñas, el 40 por ciento murieron dentro de sus casas, el 46 por ciento de las muertes fue por arma de fuego, el 28 por ciento por uso de armas blancas o por agresión física»
La investigación también destaca las muertes de niños y adolescentes entre los 10 y los 19 años a manos de la Policía. Solo en 2020 fueron 787 víctimas de esta franja etaria, es decir, dos por día.
De acuerdo con el estudio, los casos de violencia sexual se dan principalmente en la infancia y al comienzo de la adolescencia.
La falta de datos sobre este tema en 2016 limitó la investigación a cuatro años, de 2017 a 2019, en los que fueron registrados 179 mil 277 casos de violación con víctimas de hasta 19 años, un promedio de 45 mil casos por año.
