El cantante fue acusado por el gobierno español, pues no tributó correctamente sus derechos de autor durante varios años.
Joaquín Sabina se las está viendo negras con la administración tributaria de España, pues de acuerdo con Hacienda le debe 2.5 millones de euros por una mala tributación de sus derechos autor durante los años 2008, 2009, 2010, cedidos a empresas familiares.
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Si embargo, el cantante reclamó ante el Tribunal Económico-Administrativo y ahora han sido los magistrados de la Audiencia Nacional quienes dieron la razón a la Agencia Tributaria en su pugna con el artista.
De acuerdo con la dependencia, Joaquín Sabina era socio de tres empresas: Ultramarinos Finos, Relatores y El Pan de Mis Niñas, con las que gestionaba sus derechos de autor e inmuebles en Madrid.
Por eso, durante los tres años que abarca la inspección de Hacienda, las compañías generaron más de 12 millones de euros en ingresos de explotación, con una relación directa con el famoso, desde cobros de derechos de autor o prestación de algún servicio como realización de galas, ‘royalties’, ventas de discos o colaboraciones de prensa.
En un intento desesperado de Joaquín Sabina por librarse de la millonaria multa, declaró no tener nada que ver con estas empresas, pero las autoridades consideraron inverosímil su argumento.
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