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Trabajadoras del hogar en lucha

por | Mar 7, 2022


Norma Palacios y María de la Luz Padua Orihuela, del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, luchan por una cultura laboral más justa para el gremio.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) cinco de cada 100 personas empleadas se dedican a los trabajos del hogar. Sin embargo, esas cinco trabajadoras del hogar no cuentan con servicios básicos de salud, ni contrato y mucho menos prestaciones como aguinaldo o vacaciones.

Por ello es que desde el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar (SINACTRAHO) luchan para impulsar una cultura laboral más justa en México, que permita garantizar el respeto a las mujeres trabajadoras asalariadas del hogar para disminuir las brechas de desigualdad.

Norma Palacios y María de la Luz Padua Orihuela, secretarias generales colegiadas de este sindicato, explican que “en nuestro país exigir un derecho implica también un riesgo, porque las trabajadoras del hogar se pueden enfrentar a agresiones verbales, físicas e incluso psicológicas”.

Ellas agregan que “desafortunadamente la violencia laboral sigue presente en nuestro sector. Las compañeras se enfrentan a todo tipo de agresiones por parte del empleador, integrantes de la familia, menores de edad o cualquier persona que conviva con la trabajadora. Del mismo modo enfrentan hostigamiento para exigirles más horas de trabajo por el mismo salario”.

Derivado de la violencia que llegan a sufrir las trabajadoras del hogar, el SINACTRAHO ha tomado en cuenta “la importancia de la atención psicológica. En ese sentido tuvimos la oportunidad de contar con el apoyo de una psicóloga, misma que compartió información sobre lo vital que es la salud mental. Ella atendió y orientó a las compañeras que necesitaban ayuda”.

El SINACTRAHO tiene como visión reivindicar la dignidad de las personas trabajadoras del hogar, evitando la discriminación por razón de género o por cualquier otra condición, defendiendo sus derechos laborales.

La labor parece titánica para estas feministas que este 8 de marzo lanzarán “un plan de formación y capacitación a nivel nacional, en coordinación con nuestras organizadoras residentes en otros estados de la República.

Asimismo, realizaremos un conversatorio complementado con películas feministas.

Mientras tanto en Ciudad de México nos asociamos a un contingente coordinado por diferentes organizaciones de mujeres sindicalistas y defensoras de derechos de las mujeres. Tenemos la finalidad de difundir entre nuestras compañeras, alrededor del país, la importancia del 8M, abordar su contexto y dar a conocer su importancia”.

Norma y Marilú narran que su organización acaba de cumplir seis años: “Nos constituimos el 30 de agosto del 2015, luego de un largo proceso de formación para ver todo lo que íbamos a necesitar, hasta llegar a acuerdos de cómo nos íbamos a llamar, si seríamos un sindicato a nivel nacional o solo en CDMX”.

Actualmente cuentan con “alrededor de 1500 afiliados a nivel nacional. Los estados más fuertes son Chiapas. Jalisco, Ciudad de México, Estado de México, Puebla y Oaxaca. Trabajamos en un programa piloto dirigido al Comité Ejecutivo Nacional y a las organizadoras de cada entidad. El proyecto consiste en impulsar a nuestras coordinadoras estatales por medio de una capacitación. Los cursos integran temas como historia del movimiento de trabajadoras del hogar, la importancia de un sindicato y los derechos de las trabajadoras, entre otros”.

En nuestro país, los obstáculos y retos han sido muchos, así que han recurrido a una red de apoyo que trasciende las fronteras: “Contamos con el apoyo de una red a nivel mundial, como resultado de la lucha que mantienen las compañeras. Pertenecemos a la Federación Internacional de Trabajadoras del Hogar, que nos ha brindado acompañamiento en el tema de recursos, así como capacitaciones para que las mujeres conozcan sus derechos y obligaciones dentro del sindicato. Y en nuestro país pertenecemos a la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) y es por eso que los compañeros telefonistas nos facilitan esta oficina y sin pagar renta”.

Gracias a estos apoyos pueden mantenerse en pie de lucha: “Estos años hemos mantenido un avance en México dentro de las legislaciones. Sin embargo, notamos poco progreso en la realidad”. Y añaden que “como parte de los avances podemos mencionar la modificación en la Ley Federal del Trabajo, la ratificación del Convenio 189 y el lanzamiento de un programa piloto para la capacitación de trabajadoras del hogar. No obstante, las condiciones de nuestras compañeras en el día a día no cambian”.

En ese mismo sentido detallan que “no se valora la importancia de nuestro oficio y hay falta de reconocimiento como mujeres trabajadoras del hogar. Eso entorpece los avances obtenidos a lo largo de estos años. En ese sentido, el sindicato actúa como una herramienta que nos permite organizar esta lucha en defensa de nuestros derechos”.

Y los derechos a los que hacen alusión son los siguientes: Hacer obligatoria la firma de contratos entre personas empleadoras y trabajadoras del hogar a través de políticas públicas que garanticen derechos y obligaciones.

Establecer mesas especiales en los Centros de Conciliación y Junta de Conciliación y Arbitraje para obtener atención especializada en nuestros casos laborales por despido o reclamo de seguridad social. Así como mejorar el programa de afiliación al Instituto Mexicano del Seguro Social.

Por último, Norma Palacios y María de la Luz Padua manifiestan que la pandemia causada por el Covid- 19 dejó muchas secuelas en el gremio, ya que además de las afectaciones en la salud hubo un impacto negativo en las condiciones laborales.

“La pandemia afectó la vida de las compañeras y dejó ver como los empleadores desconocían sus obligaciones. El encierro ocasionado por la epidemia incrementó los problemas ya existentes, como la falta de seguro social, el incremento de tiempo en las jornadas de trabajo por un salario menor e incluso la reducción injustificada de salarios. Por otro lado, muchos empleadores aprovecharon para despedir sin una liquidación justa a compañeras que tenían más de 30 años de relación laboral”, puntualizaron.

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