Por Daniela Amador
Zully es una activista feminista en la periferia, donde es más difícil resistir. Trabaja con infancias introduciendo una perspectiva feminista en sus intervenciones, y además concientiza acerca del verdadero significado del feminismo, para que se comience a desatanizar el movimiento. En una de las colectivas a las que pertenece, ha dado charlas sobre distintos temas con los cuales muchas mujeres pueden sentirse identificadas, tejiendo redes de sororidad.
Se ha enfocado en transmitir el feminismo a través de su arte textil por medio de los pañuelos.
Es 8M, un día clave en la agenda feminista internacional, y me encantaría empezar preguntándote: ¿para ti que es ser feminista?
Para mí ser feminista es tejer redes desde la ternura, desde el fuego que traemos dentro las mujeres, crear una revolución para exigir nuestros derechos y que no sean letra muerta.
Hubo un momento de tu vida cuando te definiste y dijiste “yo soy feminista…”, nos encantaría que nos contaras a todos, ¿cómo fue o cuál crees que fue ese momento?
Desde que yo decía “¿por qué queman, por qué rayan, por qué pintan? hasta que llegó la violencia tan fuerte en mi pueblo. Un día, pasaron en las noticias el feminicidio de una de las chicas de ahí. Fui por mi despensa y al llegar a la casa, mi hijo mayor me preguntó llorando que qué iba a ser de él si yo era la siguiente, que qué iba a ser de ellos… ese fue el momento en el que me dije que yo debía hacer algo por mi comunidad.
Sabemos que eres activista, lo que requiere un compromiso constante lleno de serias dificultades ¿cuál fue ese momento en el que decidiste entregarle tu vida al activismo?
Fue después de un femicidio que nos golpearon a mí y a varias compañeras que nos manifestamos. Fue una golpiza, y de ahí una persecución de 2 meses aproximadamente. Fue en ese momento cuando me dije que yo podía con esto, que aunque sea doloroso, debo continuar aquí, yo ya no me puedo ir de aquí… Hay personas que realmente nos necesitan, sobre todo las mujeres, y al vivir en la periferia es muy necesario. Ser del Estado de México es ser de un estado de muerte.
“Ser del Estado de México es ser de un estado de muerte”.
¿Por qué la periferia? ¿Por qué no aquí en la Ciudad dónde se encuentran la mayoría de las redes feministas?
Porque está muy centralizado aquí el feminismo, y hay que descentralizar la lucha. Vivimos en la periferia, y quienes vivimos ahí vemos a nuestras autoridades que son incompetentes, que son frías, que solamente son personas negligentes y que no piensan en el dolor de una madre,de un huérfano.
Para ti como mujer y como feminista que vive en la periferia, ¿qué han significado estas alertas de género que han impuesto?
Son una completa burla y cualquiera que se pare en el Estado, en la periferia, en cualquier fiscalía lo puede comprobar. Abren el caso, abren la carpeta y cuando ya se cansaron, las autoridades, de no hacer nada le dan carpetazo; existen chicas perdidas desde hace años por las cuales no han movido ni un dedo. No sirven de nada las alertas de género.
¿El ser activista, el estar tan involucrada con tus colectivas y la comunidad ha supuesto un problema en tu vida? ¿Has perdido personas o trabajos?
Sí, se pierden personas, pero vas generando un ambiente más seguro. Sabes con quienes sí vas a contar en un momento de alguna tragedia o de algún suceso malo; tejes esas redes con personas que realmente van a apoyarte. Entonces se pierde lo malo y se gana lo bueno.
Ser mujer en México representa un peligro constante, y ahora ser mujer en el Estado de México es el infierno mismo.
Como mujeres y periodistas reprobamos por completo esta actitud, pidiendo que cesen estas prácticas para que las infancias puedan ser libres y las mujeres también. Nuestro trabajo dentro de El Capitalino es servir y dar voz a nuestras mujeres.
Si quieres ver la entrevista completa, da clic aquí:
