En 1824, Beethoven presentó su última composición tras varios años de trabajo y un delicado estado de salud
Un 7 de mayo, pero hace 200 años, el mundo se deleitó con la Novena Sinfonía en re menor del alemán Ludwing Van Beethoven en el Teatro de la Corte Imperial y para unirse a esta conmemoración, el Auditorio Nacional se vistió de gala logrando sold out en asistencia.
Sobre las 8:50 de la noche, entraron al escenario 170 personas entre músicos y 3 coros de diferentes nacionalidades quienes por 2 horas cautivaron con sus voces y melodías gracias a fragmentos de la ópera El príncipe de Ígor y, por supuesto, La Novena Sinfonía de Beethoven.
Encabezado por Rodrigo Macías, director de orquesta desde hace más de 20 años y considerado un prodigio de la música, los más de 9.700 asistentes, entre ellos, 25 personas sordas que sintieron la música a través de chalecos que emitían vibraciones, disfrutaron cada una de las piezas en la que solo se escucharon aplausos en momentos oportunos.
Macías, se tomó unos minutos para manifestar que la música había logrado un milagro, el reunir a cada uno de los presentes a quienes les agradeció su asistencia. Además, dijo que La Novena Sinfonía había cambiado al mundo enseñándonos las lecciones más importantes de la vida, el dar un mensaje positivo lleno de paz, amor y tolerancia.
Aunado a esto, señaló que, como seres humanos, cometemos errores y es ahí cuando necesitamos una mano amiga, por lo que esta sinfonía nos recuerda que cuando las personas se ponen de acuerdo, pueden lograr cosas extraordinarias.
Para finalizar, expresó que esperaba, lo que estaban escuchando llegara a sus corazones y los transformara. El director de orquesta también estuvo acompañado por la soprano Angélica Alejandre, la mezzosoprano Alejandra Gómez, el tenor Rodrigo Garciarroyo y el barítono Tomás Castellanos.
Te mostramos un poco de lo que se vivió en la velada.
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