Después de una corrida exitosa en festivales como FERATUM, MACABRO o el Festival Internacional de cine de Guanajuato, el thriller de manufactura nacional se pone a disposición del público, sólo en la Cineteca Nacional de las Artes, con Mírame.
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Pavel Cantú, presenta su ópera prima en la que también colabora en el guión, y nos presenta la vida de Lalo, un adolescente quien acaba de sufrir la muerte de su padre, por lo que debe de irse a vivir con su abuela, una vez ahí, en el lugar donde también creció su difunto progenitor, el joven comienza a tener experiencias paranormales, a raíz de la desaparición de una chica.
Entre los aciertos de la cinta está el utilizar los misticismos que albergan criaturas como los ajolotes, los cuales representan la capacidad de renacer y transformarse a través de la adversidad y los desafíos. Asimismo, las locaciones como Xochimilco, sobre todo el misterio de sus aguas, pero faltó explotar aún más estos aspectos que le darían una identidad más sobresaliente al filme.
La fotografía y los efectos visuales se ponen a la altura con cualquier cinta del género, e incluso ha sido reconocida en festivales por estos aspectos, sin embargo la cinta flaquea en el guión, pues falta desarrollo de personajes y de algunas situaciones, sobre todo en lo que acontece a lo esotérico y al pasado, la cinta evoca a otras del género hollywoodenses como ‘Ecos mortales’ (1999) u otras más, y aunque tiene un plot twist interesante, la falta de justificación que menciono no permite que la cinta se alce con todo el potencial que tenía.
Tras la disección de esta propuesta, podemos concluir que no es una cinta que te haga dormir como el cloroformo, pero pudo haber dado más con un mejor desarrollo de ideas y situaciones. Reitero, la cinta sólo puede ser vista en la Cineteca Nacional de las Artes
