Situada a mediados de los 90 en Nueva York, cuando Madonna filmaba Evita, es donde se sitúa un evento multicolor, hilarante, con desnudos y amor en La fiesta.
Escrita por David Dillon, la puesta nos presenta a un puñado de siete amigos, quienes se reúnen mensualmente para festejar la vida y la amistad. Una de estas tertulias, se convierte en una sesión de juego, donde las preguntas de verdad, mentira y fantasía son las que rigen la velada, para aquellos que hayan participado en estas actividades, ya sabrán que es lo que depara la noche y para aquellos que no está es la invitación para descubrirlo.
Una noche de diversión, con referencias a la cultura pop noventera con sus respectivas divas, se convierte en una cita con el amor, la ruptura, encuentros casuales, vocaciones de vida, viejas amistades, nuevas amistades, deseo, ilusiones y la vida en sí; todo un cúmulo de vivencias que han experimentado los protagonistas son puestos sobre la mesa y se convierten en los tópicos que van desfilando, todos ellos con una carga de comedia ágil e hilarante, aquel que se lleva las palmas es Luis Orozco, quien muestra sus dotes histriónicos para el género.
Aunado a lo anterior, el desnudo total de los protagonistas, y como suele pasar en este tipo de verdades y retos nocturnos, es uno de los elementos audaces que más ha llamado la atención, la comunidad LGBT+ y las mujeres, son invitados a darse un taco de ojo, a reír y hasta a conmoverse.
Recomendada para mayores de 18 años, la obra se presenta en Marketeatro, ubicado en la colonia Roma.
Te puede interesar: «Julieta tiene la culpa»: Sororidad salpicada de humor ácido