El camino a casa para reunirse de nueva cuenta con su dueño, Doug, es la travesía que debe emprender Reggie, un Border Terrier lleno de lealtad, en compañía de sus nuevos amigos, en Hijos de perra.
Si esperas ver una cinta de perros al estilo de Lassie, Hachicko: Siempre a tu lado o La razón de estar contigo, donde las lágrimas se asoman y se reafirma que el perro es el mejor amigo del hombre, esta definitivamente no es ese tipo de película. Una lectura que podría trasladarse a los humanos sobre las relaciones tóxicas adornadas por chistes ramplones a diestra y siniestra es como podría ser definida esta aventura.
Reggie, quien como he mencionado siempre ha sido leal, desde el inicio ha sido vapuleado por su dueño, en varias ocasiones ha tratado de librarse de él arrojándole una pelota y huyendo; el can no lo ve así hasta que sus nuevos amigos, todos ellos bastante peculiares, hacen que la frase ‘amigo date cuenta’ por fin tenga sentido, es por ello qué juntos irán a clamar venganza de una forma grotesca, salvaje y peculiar.
Un sinfín de aventuras absurdas y un vocabulario de carretonero es lo que ofrece esta cinta, llena de chistes escatológicos, vulgares, obscenos y más. La diversión y el que tan perrona esté la película es proporcional al encanto que sientan al tipo de ladridos antes mencionados.
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