Un festín de terror y entretenimiento único
Es la noche de Halloween de 1977, uno de los programas nocturnos por excelencia, pero con ciertos trastibillos de rating, anuncian en el teaser un festival de disfraces, enfocando al público asistente, un médium de fama internacional, el lanzamiento de un libro con temática paranormal, el cual viene acompañado de su escritora, una parapsicóloga, así como del conejillo de indias de ésta, una adolescente de trece años; el gran anfitrión de este show es Jack Delroy, un conductor con look de Enrique Álvarez Félix en ‘Rina’, estos elementos se confabulan, haciendo guiños a clásicos del terror, pero adquiriendo una esencia propia, así es ‘De noche con el diablo’.
Lo antes citado es el avance que se da como gancho para que el público, como televidente de un programa de aquellos años, vaya descubriendo lo que la producción le tiene anunciado, así como algunos personajes y sorpresas más, los cuales se irán develando en los cortes comerciales, esta es la propuesta y la apuesta que se hace en cuanto a la narrativa. A esto se suma el elemento found footage, aquel que te hace pensar que lo que se atestigua ocurrió en algún periplo de la vida real. Asimismo, se evoca a la cinta ‘Network poder que mata’ (1976), en la que el morbo de la gente es explotado cuando un conductor anuncia que se va a quitar la vida frente a su audiencia, aquí se vuelve a apelar por este fenómeno, pero con un cariz macabro y muy oscuro.
Los hermanos Cameron y Colin Cairnes, con una fascinante recreación de los 70’s, consiguen homenajear a clásicos que están en la psique del espectador, así es como ‘Carrie extraño presentimiento’ (1976), ‘Poltergeist’ (1982), ‘La niña del fuego’ (1984) y evidentemente ‘El exorcista’ (1973) tienen presencia en el filme, también hay alusión a los batidillos del cine de Sam Raimi o a los disfraces inquietantes de ‘El resplandor’ (1980), en donde sólo una escena basta para quedar en la memoria del cinéfilo por décadas. En cuanto a arco dramático, y sin revelar el por qué, la cinta tiene una connotación a ‘El bebé de Rosemary’ (1968), con base en ella es como la evolución de Jack Delroy, en la piel de David Dastmalchian, se va desarrollando hasta culminar en escenas que dan contenido y rating, que es lo que se busca ya sea en el cine o en la tele.
La narrativa, la edición, la recreación de la época, los homenajes a los clásicos de terror, así como lo lúdico, esotérico y explosivo, en donde lo terrorífico y el arco dramático convergen en varias líneas, sin que uno demerite al otro, otorgan el mejor especial televisivo visto en cine en mucho tiempo. Sin duda, un clásico instantáneo en el terror.
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A. R
