El actor José Ángel García falleció el jueves en un hospital de la Ciudad de México, por complicaciones de la fibrosis pulmonar que padecía desde hace unos años. Destaca su larga trayectoria en cine y televisión, en donde además de actor, se consagró como maestro de varias generaciones.
García fue también director y productor, que desde muy joven plasmó sus ideas en casi todos los trabajos en los que fue parte, razón por la cual se convirtió en algo mucho más que un actor. Su interés porque las historias tuvieran una coherencia y por ser un melómano, rompió esquemas en la manera de hacer telenovelas y comenzó a musicalizarlas con temas de rock progresivo.
Hace unos años, en un concierto de King Crimson, José Ángel García nos platicó sobre su gusto musical. Desde muy jovencito, en la Facultad de Filosofía era asiduo a los conciertos de grupos mexicanos, donde también conoció a esas bandas de progresivo que se escuchaban en la época. Se hizo seguidor de Van Der Graaf Generator, Le Orme, Focus, Premiata Forneria Marconi y por supuesto, King Crimson. Conocedor de muchos temas, pero erudito en el progresivo, resultaba un agasajo platicar de música con él.
Comenzó a producir conciertos con grupos locales que fueran en ese mismo sentido, lo que alternaba con su carrera de actor. A principios de los ochenta comenzó a sugerir ciertos temas de los grupos europeos como música incidental para telenovelas y series, como en La Telaraña, en donde participó como actor y compartió ideas con el creador, Carlos Enrique Taboada.
José Ángel García actuó en varias obras de teatro, en las que tuvo la oportunidad de producir y musicalizar. Su calidad histriónica y gran capacidad creativa lo llevaron a ser ejemplo de sus compañeros y se convirtió en maestro, no sólo de actuación, sino también de producción. Lo que aprendió en los cursos que tomó en Londres, gracias a una beca, lo aplicó en su trabajo en México. Sus compañeros coinciden que siempre fue muy generoso, con ellos y con los jóvenes que dirigió en los últimos años.
Pero no sólo eso trajo del viejo mundo, pudo comprar discos, elepés, de lo que más le gustaba, el rock y mucho progresivo. Gran seguidor de Robert Fripp, José Ángel era el centro de la plática con sus amigos por todo lo que sabía y eran horas de escuchar música, y viajar, como él le decía a esas sesiones musicales con discos de Camel, Il Balleto di Bronzo, Genesis o Banco del Mutuo Soccorso. En una de las primeras telenovelas en la que le permitieron opinar, incluyó un tema de Tangerine Dream, lo que fue muy extraño para la producción, pero muy adecuado para la trama que tuvo mayor profundidad con la música elegida por el joven actor.
Admirador también de Roman Polanski, José Ángel García fue un talentoso actor que destacó en su forma de presentarse ante las cámaras. Serio y concentrado en lo que hacía, nunca dejó de sonreír a sus compañeros, quienes siempre le agradecieron la amistad y los datos que aportaba en el contexto de su trabajo. Son inolvidables sus actuaciones en películas como La furia de un dios (1987) o Los motivos de luz (1986), ambas bajo la dirección de Felipe Cazals.
Trabajador disciplinado, ético y siempre dispuesto a enseñar y compartir sus conocimientos, José Ángel García fue un hombre culto y melómano, orgulloso de ser el papá de Gael y feliz de hacer lo que le gustaba. Con Gael García compartió set en Amores perros (2000) y en la serie escrita y producida por Gael, Aquí en la Tierra (2018). En los últimos años fue director de escena de La Rosa de Guadalupe.
