El gran pianista y compositor Chick Corea murió a los 79 años, debido a una rara forma de cáncer que le descubrieron recientemente. Ganador de 23 premios Grammy, el genio del jazz dejó un mensaje de despedida.
Verlo en vivo te hacía retumbar el corazón, sentías algo en el estómago y la emoción se desbordaba. Era esa magia que creaba con su presencia y al momento de poner los dedos en el teclado el mundo cambiaba, el sentido de la música se tornaba en sensaciones indescriptibles y al mismo tiempo la alegría llenaba los corazones. Era un genio bondadoso, que compartía con sus colegas y el público la maravilla de la música.
Chick Corea fue un virtuoso que desde la década de los sesenta comenzó a tocar la música que le gustaba, pero a la que fue agregando su propio estilo y aderezó con otros ritmos. Un ejemplo es el magnífico My Spanish Heart, su décimo álbum en el que participan Stanley Clarke, Jean-Luc Ponty y Steve Gadd, entre otros. Y ni hablar de su grupo Return to Forever, por donde pasaron desde el mismo Stanley Clarke hasta Al Di Meola, entre muchos otros.
Como músico de la banda de Miles Davis en los sesenta, Chick Corea tocó en los discos In a Silent Way y el legendario Bitches Brew. Tanto en solitario como en los grupos a los que perteneció o formó, el pianista destacó siempre por un estilo único, hasta majestuoso, pero al mismo tiempo desenfadado, porque, a fin de cuentas él siempre dijo que lo suyo era gozar la música y divertirse con sus amigos, pero eso sí, con una calidad indiscutible que se reconoce en todo el mundo.
Maestro en la música clásica, queda a la posteridad su adagio del Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo que es el preludio a la hermosa y clásica “Spain” y que se convierte en una especie de samba, Chick Corea es recordado también por su repertorio popular, sus solos originales, su latín jazz y los homenajes que hizo a grandes jazzistas.
El pianista estuvo varias veces en nuestro país, en el Festival de Jazz de Cancún, en Puebla, en la Ciudad de México (inolvidable su concierto en la Sala Nezahualcóyotl de Ciudad Universitaria) y la última vez que tocó en la capital de México fue el 6 de mayo de 2019 con otro grande, Bela Fleck.
La última producción discográfica de Chick Corea se publicó septiembre del año pasado, un álbum doble titulado Plays que abre con piezas de Mozart y temas que escribió en los setenta para y sobre niños “porque son los más felices y yo soy feliz”. También hay cortes dedicados Thelonious Monk, Bill Evans y Stevie Wonder, así como “Desafinado”, de Antonio Carlos Jobim, con una versión propia grabada de un concierto en vivo.
Chick Corea vivía cerca de Tampa y había creado la Chick Corea Academy, a través de la cual daba clases en línea debido a la pandemia, algo que lo hacía muy feliz porque le gustaba compartir con la gente. Pero hace poco se le descubrió un extraño cáncer y el pianista se dio el tiempo de escribir una despedida, misma que su familia publicó en el sitio oficial chickcorea.com este jueves, cuando tristemente avisó de la muerte del músico, acaecida el 9 de febrero.
“Quiero agradecer a todos aquellos que a lo largo de mi camino han ayudado a que los fuegos de la música sigan ardiendo fuerte. Tengo la esperanza de que aquellos que tienen el deseo de tocar, escribir, actuar u otra cosa, lo hagan. Si no es por ustedes, entonces por el resto de nosotros. No es sólo que el mundo necesita más artistas, es porque también es muy divertido.
Y a mis fantásticos amigos músicos que han sido una familia para mí por tanto tiempo que he llegado a conocerlos: ha sido una bendición y un honor aprender de y tocar con todos ustedes. Mi misión ha sido siempre llevar el gozo de crear a todos lados que pude, y haberlo hecho con todos los artistas que admiro cariñosamente, ha sido la mayor riqueza de mi vida”.
