Con un sentido del humor bastante negro y peculiar, como ha quedado manifestado en cintas como ‘Jojo Rabbit’ o ‘Lo que hacemos en la oscuridad’, que les recomiendo mucho, pasando por ‘Thor Ragnarok’, Taika Waititi está de regreso en la silla de director con el avenger antes mencionado para irradiar sentido del humor, pero también para robar el corazón y hacerle gala al título de esta cuarta cinta individual sobre este personaje gracias a ‘Thor: Amor y trueno’.
En medio de un retiro espiritual y de convivir con Los guardianes de la galaxia, Thor tiene una misión que le preocupa y le ocupa, un villano, de nombre Gorr, ha secuestrado a los niños de Asgard y de igual modo planea eliminar a los dioses, incluido Quetzalcóatl. Ante esta encrucijada, Thor debe de pedir refuerzos y acude al Rey Valkiria (Tessa Thompson) y a Korg (Taika Waititi), pero inesperadamente también se una su ex novia ,Jane Foster (Natalie Portman), quien para sorpresa del dios nórdico, empuña inexplicablemente su martillo mágico, Mjolnir, y se hace llamar la Poderosa Thor. Juntos, se embarcan en una aventura cósmica en la que tienen que descubrir el misterio de la venganza del Carnicero de Dioses, como también es conocido Gorr, y detenerlo antes de que sea demasiado tarde.
El filme, que forma parte de la fase 4 del MCU, vuelve a contar con la presencia de Natalie Portman, a quien se extrañó en la tercera parte y ahora regresa por la puerta grande, se muestra empoderada, como heroína y como el corazón que mueve las fibras del espectador y del héroe rubio, quien a pesar de haber roto la sigue llevando en sus pensamientos. Por su parte, Chris Hemsworth, vuelve a demostrar que el papel está hecho a su medida, es como un adolescente, es simpático y cautivador, además y aunque había dicho que no se volvería a quitar la camisa porque le es incómodo, el australiano se quita algo más que eso, lo cual para muchos será un plus.
Por otro lado, el humor vuelve a ser el aliado de esta saga a la que se suman situaciones y personajes que dan hilaridad a este filme, por ejemplo Russell Crowe, quien ha dejado atrás el físico envidiable de ‘Gladiador’, pero su vis cómica es explotada, así como la de otros cameos que no serán revelados para no estropear la experiencia del espectador.
Marvel sigue apostando por la inclusión, así se demuestra con personajes que pertenecen a la comunidad LGBT+ y que son vistos con naturalidad y desenfado, tal y como debe de pasar en el mundo cotidiano, sin etiquetas ni juicios absurdos. Asimismo, los efectos y la estética no tienen desperdicio alguno, así como la némesis de esta cinta, la cual es encarnada por Christian Bale, quien a lo largo de su filmografía ha demostrado una gran versatilidad y en la piel de Gorr, imprime emociones que van más allá del odio.
La verdad sea dicha, esta cuarta entrega de Thor es tal vez la más redonda, hilarante, estruendosa y amorosa que se haya visto. El divertimento, sin duda alguna, resonará como el trueno.
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