Por: Adrián Ruíz
Las cintas de terror, para conmemorar Halloween y Día de muertos, se asoman a la cartelera, después de mucha promoción y de expectativa por fin llega a carteleras, ‘Sonríe’.
Protagonizada por Sosie Bacon, hija del afamado Kevin Bacon, la cinta presenta la vida de Rose, una terapeuta con un pasado que la atormenta y quien para resarcir un poco el pasado se dedica a ayudar a la gente. En medio de su labor, una paciente se suicida en situaciones bastante bizarras y con una sonrisa macabra. Acto seguido, Rose comienza a tener alucinaciones, pesadillas, es perseguida por alguien que desconoce; su vida amorosa y familiar comienza a resquebrajarse, ella necesita averiguar qué está pasando antes de que sea demasiado tarde.
Básicamente, lo antes expuesto es el preámbulo de una cinta que evoca a ‘El aro’, en muchos sentidos, así como a ‘Destino final’ en donde hay algo maligno que acecha a los protagonistas y su tiempo está contado.
El camino del filme recurre a jumpscares efectivos, así como un halo de misterio y algunas escenas que pueden ser brutales y aparatosas, la forma de contarla no es lo más original, recurre un poco al formalismo del género, pero el trayecto convence a los amantes del terror, aunque los más exigentes puede que no salgan tan complacidos. Un dato para observar es que a lo largo de la cinta, la ‘gente de la sonrisa maldita’ usa colores brillantes, mientras que Rose usa colores oscuros y contrastantes, los cuales acentúan la diferencia entre la felicidad y la tristeza.
Hay algunos efectos visuales no tan pulidos, los cuales restan un poco a la historia, pero hay una escena en la recta final que podría ser vista como una metáfora de lo cruel y devastadoras que son las enfermedades mentales, no sólo momentáneamente sino de por vida.
‘Sonríe’ no es la cinta de terror del año, pero sí es un vehículo para pasar un momento sobrecogedor acompañado de palomitas.
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