El cantante se presentó tres noches en la Arena CDMX, donde cantó, bailó y hasta se tomó selfies con el público
Más que un crooner resultó ser Michael Bublé, ya que en sus presentaciones en la Ciudad de México dio todo un espectáculo que además de la música, incluyó efecto especiales, un gran escenario escalonado para que todos los miembros de su orquesta lucieran, así como unas escalinatas en medio por las que él bajó al iniciar la noche.
Más de 18 mil personas ovacionaron al cantante, desde el primer minuto de su presencia en el escenario los gritos y aplausos no se hicieron esperar. Él de traje azul, sonriente, dio las gracias y la bienvenida en español. Saludó a algunos de mano y hasta les tomó el celular para hacer la respectiva selfie. dijo frases en español y bromeó con su nombre, «aquí soy Miguel Burbuja».
El primer tema causó conmoción, la sensual «Feeling Good» fue el punto de partida para una noche de recuerdos, baile, sonrisas y hasta llantos de emoción. Bublé trató de dar gusto a toda su audiencia, se dirigió a todos los sectores de la Arena CDMX, bailó y cantó para que todos los vieran. Claro que de eso se aseguró también al integrar a su escenografía una pantalla gigante al centro y dos laterales de manera vertical, con una nitidez que parecía que él iba a salir de los leds.
En una especie de stand up, Michael Bublé contó anécdotas, hizo bromas, pero sobre todo, se dirigió al público. Chocó las manos, se tomó fotos, les cantó al oído, levantó la vista para los de arriba, pidió que se pusieran de pie y bailara toda la Arena con él.
Con el clásico que cantaba Nat King Cole, «L-O-V-E», que muchos creen que es de Bublé, puso el tono romántico y los pasos de fox trot llegaron a la memoria de algunos, pero todos de que bailaron, bailaron, a su modo. Los besos entre parejas no se hicieron esperar. Y el asombro al ver la pantalla gigante con las letras del amor de la canción, encendidas en rojos intensos y los juegos de luces. El baile continuó con «Such a Night», que a ritmo de la sección de metales hizo mover pies, hombros y caderas del público.
En un verdadera fiesta convirtió Michael Bublé su concierto, sus seguidores y los que por primera vez lo vieron en vivo, incluso, algunos que fueron de acompañantes y no lo conocían, salieron más que contentos de una noche de estándares del llamado American song book. Seguramente todos en su mente cantaban «quién será la que me quiera a mi, quién será», mientras Bublé cantaba «Sway», tema escrito por Luis Demetrio y Pablo Beltrán Ruiz, pero que hizo famosa en su versión en inglés el maravilloso Dean Martin, el crooner antecesor de Michael.
La noche de romanticismo y humor siguió, y se complementó con un popurrí de canciones de Elvis Presley. El Rey del rock estuvo presente con temas como «Trouble», «Burning Love» y «Can´t help falling in love», y claro, el baile al estilo de Elvis, Bublé lo tenía bien ensayado y muchas estuvieron a punto del desmayo al verlo moverse así, y más cuando bajó del escenario y se contoneó cerca de las asistentes de primera fila.
El amor y la sensualidad siguieron con el clásico de Barry White, «You´re the First, the Last, My Everything», y canciones como «Fever» y «Love Somebody», esta última de los Bee Gees.
Más de 20 canciones formaron parte de un gran espectáculo que incluyó cañonazos de millones de papelitos amarillos, baile, risas, chistes, muchas frases en español, y la presentación de los integrantes de la talentosa orquesta que mientras aparecían con sus nombres en la pantalla, en vivo tocaban «Smile».
Un show completo de Michael Bublé en una Arena apta para este tipo de espectáculos, en donde el sonido y la visión llegaron a cada uno de los asistentes de la manera en la que siempre se desea que sea así.
