La herencia de la querida actriz cayó en manos de una persona que no era parte de su familia, pero siempre estuvo con ella.
La elegancia y el glamour son dos conceptos que nos recuerdan a la icónica María Félix, mejor conocida como La Doña, que vivía rodeada de lujos, fruto de su exitosa carrera como actriz en la época del cine de oro. Entre sus gustitos, se encontraba un departamento en París, piezas de arte, joyas, dinero e infinidad de objetos materiales.
Te puede interesar: Presenta MOLOTOV el tema “NO OLVIDAMOS”
Pero, ¿qué fue lo que realmente pasó con su fortuna? Una interrogante que a todos inquietó y es que María Félix heredó una parte a su ahijada de bautizo, Frida Sofía, hija de Alejandra Guzmán, que se trata de algunas de sus joyas más preciadas.
Para el resto de su fortuna, se quedó con una persona que nadie esperaba, pues ni siquiera era miembro de su familia, sino que se trata de su chófer y asistente personal durante 10 años, Luis Martínez de Alba, que consideraba un hijo para ella. La razón fue porque había fallecido el hijo de la actriz y el cariño por su asistente fue tanto que lo consideraba como uno más.
Aunque se dice por ahí que en sus últimos años, ya casi no tenía cosas, pues las vendió, por lo que Luis recibió vestidos, joyas, antigüedades y tres casas. También tomó posesión de un departamento del hijo de Félix, así como el 50% de su cuenta bancaria tanto en México como en el extranjero.
En tanto, la otra mitad quedó en manos del pintor francés Antoine Tzapoff, que por cierto fue su última pareja sentimental. Algunos registros indican que también le tocó una parte a Javier Téllez Pulido, secretario de Enrique Álvarez Félix, con una cantidad de 50 mil dólares.
WGGB
