Con dos propuestas cinematográficas que resonaron como Frida: naturaleza viva (1984) de Paul Leduc, estelarizada por Ofelia Medina y Frida (2002), protagonizada por Salma Hayek y dirigida por Julie Taymor, la efigie de Frida Kahlo regresa a la pantalla grande ahora en documental con ‘Frida’.
Dirigido por Carla Gutiérrez, la propuesta se apoya en el diario de Frida Kahlo, así como en entrevistas, artículos publicados en su momento, pero sobre todo la obra de la pintora, que gracias a animaciones cobran vida y da sentido a todo lo hecho por la artista, retroalimentan todos estos aspectos que ayudan a dar voz y complejidad a la artista, quien expone su necesidad por pintar, su amor por Diego, con sus respectivas complejidades, así como el accidente que marcó su vida para siempre.
Con la producción ejecutiva de Ron Howard, cineasta condecorado con dos premios Oscar, esta cinta podría ser definida como un viaje lírico y desgarrador en el que se conoce a la artista y a la mujer, las cuales convergen en la pintura y la tragedia, y dan como resultado a una persona que abrazó la vida, pese a todo el dolor y los altibajos experimentados, pues se dio al placer cuando había que hacerlo y vivió como quiso. Finalmente su última obra, con sus desavenencias y pérdidas, se terminó titulando ‘Viva la vida’, en la que se aprecian unas sandías, otorgando así una lección de vida y coraje que sigue ganando adeptos.
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Para enriquecer esta experiencia, pueden ir a la Casa Azul, haciendo su reserva por Internet, donde prácticamente Frida vivió toda su vida, primero gracias a su padre y después por Diego Rivera; en el inmueble están sus primeros dibujos, sus acuarelas, una réplica de su diario, así como parte de su obra y también ahí reposan sus cenizas.
Asimismo, pueden ir al Anahuacalli o museo de Diego Rivera, con costo gratis si tienen su boleto de Casa azul, donde están los bocetos del mural que Diego trazó en Nueva York, para finalmente ser censurado, pero lo que no se maneja en el filme y les comparto es que la obra fue revivida en México y si quieren verlo en su esplendor, con sus respectivas controversias y puntos de vista del pintor, el Palacio de Bellas Artes alberga esta obra. Estas son algunas pinceladas que se dan en el documental y que pueden ser ampliadas en estos museos, ahí les paso el tip.
Con las películas y puestas en escena sobre su vida, a los que se suma este documental, así como sus cuadros que cobraron más valor después de su muerte, como pasa con muchos artistas, el legado de Frida sigue vivo y se cumple uno de los adagios que pronosticaba sobre ella una vez que trascendiera “Creo que después de mi muerte voy a ser el pedazo de caca más grande del mundo”.
