El actor francés fue un icono del cine y destacó por sus personajes pendencieros y carismáticos
La estrella del cine europeo murió este lunes a los 88 años. Jean-Paul Belmondo fue un ícono en las décadas de los sesenta y setenta y cobró fama mundial a raíz de la película “Sin aliento”, de Jean-Luc Godard en la que compartió créditos con Jean Seberg.
El actor francés nació en 1933 y después de haber hecho una breve carrera de boxeador muy joven y haber contraído tuberculosis, se interesó en la actuación, por lo que en 1952 se inscribió en la Academia de Artes Dramáticas en París.
Después de graduarse comenzó actuando en teatro e hizo pequeños papeles en películas, donde lo descubrió Godard, con quien hizo “Charlette et son Jules”. Casi al mismo tiempo Claude Chabrol lo dirigió en “A double tour”. Ya para finales de los cincuenta Belmondo se colocó como la estrella de la nueva ola francesa con la cinta “Sin aliento”.
La carrera de Belmondo lo llevó a los mejores foros del cine. Junto a Alain Delon se colocó como galán del cine internacional, siempre con ese toque francés y la sonrisa que lo caracterizaba. Sus papeles como gánster o personaje de las calles le deban un mayor atractivo, y eso fue aprovechado por los diferentes directores que lo eligieron para sus cintas y lo emparejaban con actrices como Sophia Loren o Catherine Deneuve.
Su papel de Borsalino dio la vuelta al mundo al igual que la banda sonora. Su presencia en los festivales de Cannes y Venecia eran una constante y no se concebía uno de ellos sin su presencia.
Trabajó con directores de la talla de Agnes Varda, Jacques Deray, Alain Resnais, Francois Truffaut, Louis Malle, René Clément, Vittorio De Sica, Peter Brook y con Jean-Luc Godard con quien además hizo el clásico “Pierrot el loco”.
