La actriz ha revelado que debido a esto le falta bastante masa cerebral
La estrella de Juego de Tronos, la actriz Emilia Clarke, de 35 años, en una reciente entrevista para el programa de la BBC One Sunday Morning, volvió a hablar de un tema bastante doloroso para ella, la experiencia que vivió hace más de 10 años, explicando -con cierto asombro-, que le falta “bastante” parte de su cerebro: “Con la cantidad de cerebro que tengo inutilizado, es increíble que sea capaz de hablar, a veces articuladamente, y vivir mi vida con total normalidad sin absolutamente ninguna repercusión”.
“Pertenezco a una muy, muy, muy pequeña minoría de personas que sobreviven a eso”, «¡Falta bastante cerebro! A veces hasta me provoca risa. En los accidentes cerebrovasculares, básicamente, en cuanto cualquier parte del cerebro no recibe sangre durante un segundo, desaparece. Y así, la sangre encuentra una ruta diferente para moverse, pero luego, lo que sea que falta, desaparece”.
Pues fue a través de un artículo del 2019, que la histrión reveló el estrés al que estuvo sometida tras emitirse la primera temporada de la serie, donde pasó, de la noche a la mañana, de ser una completa desconocida a una de las caras más famosas de la televisión. Y cuenta como estaba en el auge de popularidad debido a la serie, y combinar los sets de grabación, con sus actividades y vida personal fue un proceso algo agotador; sin embargo, fue durante una sesión con un entrenador personal cuando la actriz comenzó a sentir una fuerte presión en la cabeza. Minutos después, se desmayó en el vestuario. “Una nube de inconsciencia se posó sobre mí. Como nadie sabía qué me pasaba, los médicos y las enfermeras no podían administrarme medicamentos para aliviar el dolor. Finalmente, me hicieron una resonancia magnética, una exploración del cerebro. El diagnóstico fue rápido y siniestro: una hemorragia subaracnoidea (SAH, por sus siglas en inglés), un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal, causado por una hemorragia en el espacio que rodea el cerebro. Tuve un aneurisma, una ruptura arterial”, relató Emilia, por lo que tuvo que someterse a una primera operación.
Para Clarke, lo peor de todo fue sufrir un episodio de afasia, un trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de comunicarse mediante el habla: “De mi boca salían palabras sin sentido alguno y entré en pánico. Nunca había experimentado un miedo como ese. Podía ver mi vida pasar por delante y no valía la pena vivirla. Yo soy actriz, necesito recordar mis textos, y ahora no podía recordar ni mi nombre”.
Por fortuna, los médicos consiguieron dar con el problema a tiempo y la actriz pudo recuperarse antes de comenzar a rodar la segunda temporada de la exitosa serie de HBO. El proceso de recuperación de la primera operación fue “difícil, pero el segundo fue mucho más duro”, confesó Emilia. “Pasé por un periodo de estar muy baja de ánimos, la verdad, pero llegas al plató y tienes que interpretar a esa enorme mujer, y tienes que pasar a través del fuego. Creo que eso me salvó de darle vueltas a mi mortalidad”.
Finalmente, lo que vivió fue algo que hizo que Emilia Clarke valorara más su vida, y por ello creó la asociación benéfica Same You, cuyo objetivo es brindar tratamiento a las personas que se recuperan de lesiones cerebrales en el Reino Unido y en Estados Unidos.
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