Además del mensaje familiar, el ganador del Óscar aborda temas relevantes referentes al medioambiente, a la intolerancia a lo diferente y la colonización.
Sintetizando y referenciando lo que ha sido su obra, sus obsesiones y señas particulares, sobre todo el agua, James Cameron presenta una historia poderosa con varias aristas enmarcadas en un poema visual con Avatar: el camino del agua.
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Después de trece años, la secuela nos sitúa diez años después de lo acontecido en la primera. Jake y Neytiri Sully han hecho una familia, conformada por cuatro hijos, pero la unión de ellos se ve amenazada y deben de pedir asilo en otro lugar. Los arrecifes de Pandora, donde habitan los Metkayina, es el lugar elegido para iniciar una nueva vida, el agua que simboliza todo, y cuyo camino no tiene principio y tampoco final, es el que atestigua todo lo que está por acontecer, pero todo indica que los hombres del cielo no los van a dejar en paz.
Con guiños a sus anteriores trabajos como por ejemplo ‘Terminator 1 y 2′ (1984 y 1991) ahora vemos máquinas y una tecnología que nos evocan a aquellas cintas; la importancia del agua que se vio en ‘El abismo’ (1989) ahora es el elemento vital de esta secuela; las referencias a los extraterrestres y lo desconocido como se presentó en ‘Aliens’ (1986) también salta a la vista en esta película; las fortalezas al parecer insumergibles como lo atestiguamos en ‘Titanic’ (1997) también tienen un peso en la historia, lo bélico como se plasmó en ‘Rambo II’ (1986), de la cual Cameron fue guionista, también se asoma, pero sobre todo, en esta película ‘El rey del mundo y la taquilla’, tiene una clara exaltación por aquello que es la mayor debilidad de todo ser humano, pero también su fortaleza, la familia; el canadiense hace una oda a este amor y consigue emotividad y enfatizar la importancia de la misma.
Además del mensaje familiar, el ganador del Óscar aborda temas relevantes referentes al medioambiente, a la intolerancia a lo diferente y la colonización.
Con experiencia en documentales, sobre todo en las profundidades del mar, Cameron y su equipo desarrollan un diseño de producción atractivo de palmo a palmo durante la cinta, tal vez se detiene mucho en ello y ese podría ser un elemento que podría ser tedioso, en cuanto a desarrollo de la historia refiere, pero espectacular a la vista.
Orquestador de batallas épicas y viscerales, como se ha visto en su filmografía, la cinta ofrece una buena dosis de adrenalina y explosividad, Cameron sabe cómo equilibrar el drama familiar, la ciencia ficción y la acción, esta secuela es una fuerte prueba de ello, además de, una vez más, innovar en tecnología en cuanto a tomas submarinas en capture motion que unidas dan un 3D espectacular. Un balance perfecto entre arte y blockbuster es lo ofrecido, al parecer la espera valió la pena.
