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Adrián Ruiz nos trae la reseña de El hombre del Norte

por | Abr 12, 2022

Con sólo dos cintas previas, como lo son La bruja y El Faro, Robert Eggers, de ahora 38 años, se ha ganado un lugar como una promesa cumplida en el rubro de dirección, al igual que sus cintas previas ahora con El hombre del norte, que llega a carteleras este 14 de abril, vuelve a recurrir a temas en sus cintas como mitología, cuentos populares, religión y ocultismo, sólo que en esta ocasión no se enfoca en Nueva Inglaterra sino en el mundo de los vikingos.
 
La cinta, escrita por Eggers y el poeta Sjón, se basa en la leyenda de Amleth, un poema nórdico que data del siglo X, pero del cual no hay un escrito como tal y éste a su vez fue el que inspiró a Shakespeare para escribir lo que hoy conocemos como Hamlet, en lo que fue la época isabelina .
 
‘El hombre del norte’, presenta el cómo después de atestiguar el asesinato de su padre, a manos de su tío, Fjölnir, y ver cómo el asesino se apodera de su madre y de su reino, el joven príncipe Amleth huye solo para regresar años después y clamar venganza, así como recuperar el reino que le fue robado. Grosso modo esta es la sinopsis de una cinta que entra en lo que se conoce como el camino del héroe, pero ni todos son tan buenos, ni tan malos, hay grises, es decir los personajes son más complejos de lo que parecen.
 
Con un diseño de producción y una fotografía estilizados, y asesoradas por historiadores, la cinta consigue que el espectador se vea inmerso en la historia presentada, aunque la duración para muchos puede llegar a ser un poco excesiva y también algunas escenas, cuya brutalidad es inquietante y avasalladora.
 
El propio Eggers ha descrito a su película como cuando Conan, el bárbaro conoció a Andrei Rublev, y tal vez este comentario lo haya hecho porque es una cinta ambiciosa, en lo que podría llamarse como cine comercial, pero sigue teniendo el sello de cine de autor que lo precede con sus dos cintas ya mencionadas; además de presentar también el contexto de los usos y costumbres de aquella época.
 


De nueva cuenta, y tal vez podrían ser ya sus actores fetiche, el director colabora con Anya Taylor-Joy y Willem Dafoe, incluyendo ahora a Ethan Hawke, Nicole Kidman, cuyo papel es crucial para este entramado y Aleksander Skarsgård, quien se aleja de todo lo hecho con anterioridad e inyecta brutalidad y testosterona a este papel, el cual había sido buscado por él por lo menos durante una década. Un dulce más es la presencia de la cantante islandesa, Björk, quien no había aparecido en cine desde Drawing Restraing 9, aunque muchos la ubican por la clásica Bailando en la oscuridad.  En resumen, estamos ante una épica impactante, visceral y absorbente.

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