“Achtung Baby” marcó el comienzo de una década más creativa
La histórica producción de la banda irlandesa que vio la luz el 18 de noviembre de 1991 y que fue producido por Daniel Lanois, Steve Lillywhite y el colaborador asiduo de la banda, Brian Eno, celebra su aniversario en el tercer piso por ser álbum clave en la carrera de los irlandeses.
Fue su séptimo trabajo de estudio y aunque no llegó para salvar al mundo del rock, inmerso ya en una revolución musical, sí sirvió para rescatar la carrera del cuarteto de Dublín, cuestionada tras las críticas al anterior «Rattle and Hum» (1988). Aún cuando para algunos el “Achtung Baby” fue también su último gran álbum, eso no quiere decir que no haya sido una revolución experimental de una de las bandas más grandes del mundo después del gran éxito de «The Joshua Tree».
Es por ello que para celebrar este cumpleaños, el grupo irlandés sacará una edición especial en vinilo de «Achtung Baby», y publicará un paquete digital que incluye cincuenta canciones de este icónico trabajo remasterizadas.
Sin duda, «The Joshua Tree» (1987) había situado el listón muy alto, no es gratuito que todavía siga siendo el álbum más comercial de U2, por delante de «Achtung Baby», que ha llegado a vender más de 18 millones de copias.
No obstante, no todo fue éxito total, U2 entró en la nueva década con muchas dudas sobre su dirección artística, después de que críticos y fans considerasen que el grupo comenzaba a pecar de pretencioso y a tomarse a sí mismo demasiado en serio.
Atrás, estaban temas elevados a la categoría de himnos como «Sunday Bloody Sunday», «Pride (In the Name of Love)» o «With or Without You». Por delante, les esperaba una hoja en blanco para diseñar un nuevo camino en sintonía con los cambios sociales, políticos y culturales que trajeron los años 90.
Berlín y un nuevo sonido
La actual capital alemana fue el destino elegido por U2 para comenzar a grabar en los cochambrosos estudios Hansa «Achtung Baby», al cambio de paisaje trajo también un cambio en la dinámica de composición de la banda, que hasta entonces compartían los cuatro miembros. Bono y The Edge tomaron las riendas para crear el nuevo estilo, mientras que Mullen (batería) y Clayton (bajo), más partidarios de mantener el viejo, se echaron inicialmente a un lado. Estas diferencias llevaron al grupo al límite, hasta el punto de que surgieron rumores de separación.
Eno les convenció de que estaban en el buen camino y, después de trasladar la grabación de vuelta a Dublín, reconocieron el valor de las sesiones berlinesas, donde nacieron, por ejemplo, temas como «One», entre los más convencionales, quizá, de este trabajo.
U2 concluyó «Achtung Baby» en la capital irlandesa, con la banda ya totalmente comprometida con el experimento, con el sonido de la guitarra de The Edge, protagonista de más solos, de disonancias y distorsiones clave en «The Fly» o «Zoo Station», el tema que abre el disco.
También Bono alteró su registro de voz a través de pedales y procesadores al tiempo que crea personajes como «The Fly», con sus exageradas gafas negras, para reírse de sí mismo o criticar la sobrexposición a los medios de comunicación.
U2 plasmó ese universo de sobrecarga sensorial en la gira que siguió a «Achtung Baby», el «Zoo TV Tour» (1992-1993), el espectáculo con el que remató su reinvención y sentó las bases de siguientes álbumes, con claras influencias sobre Zooropa (1993) y Pop (1997).
Aunque con un nuevo sonido, es indudable que el disco rescató la carrera de la banda y la lanzó a un futuro en el que la esperaba un crecimiento.
