Aunque es difícil afirmar que el efecto de las redes sociales e Internet en los resultados electorales sean determinantes, en lo que sí coinciden los expertos es en asegurar que sin ninguna duda las conversaciones que en ellas se generan claramente tienen efecto electoral.
Casi desde su nacimiento, Facebook demostró ser una importante herramienta en las campañas políticas. Fue Barack Obama en 2008 uno de los primeros políticos en entender y aprovechar las posibilidades de las redes sociales como herramienta para comunicarse de forma más cercana y directa con la ciudadanía. La presencia de Obama en redes fue muy superior a su rival John McCain, lo que sin duda le favoreció en cuanto a visibilidad.
Desde entonces, los políticos de todo el mundo replicaron tan prometedora estrategia con mejor o peor fortuna al amparo de la innovación tecnológica.
A Donald Trump, también ex-presidente de EEUU, se le asocia constantemente con Twitter y otras redes sociales. Se han especulado varias teorías, como la de que Facebook permitió la difusión de noticias falsas que le beneficiaron durante su candidatura. Lo cierto es que Donald Trump es uno de los políticos más activos en redes sociales, siempre generando polémica y muchas y encontradas reacciones, lo cual sin duda supone una gran fuente de publicad gratuita. Tal éxito obtiene en Twitter, que el mismo Trump se autodenomina “El Ernest Hemmingway de los 140 caracteres”.
Otro caso llamativo es el del actual presidente brasileño, Jair Bolsonaro. Su campaña se centró totalmente en las redes sociales, con un mercado de más de 100 millones de usuarios en Brasil. Evitó enviar mensajes a través de cualquier tipo de intermediario, desechó los debates televisivos masivos y otros medios tradicionales. Especialmente hizo uso de Whatsapp, una red encriptada que es más difícil de monitorear, pero es muy eficiente en la difusión de mensajes, ya sean reales o fakes news. Curiosamente, las mismas redes sociales que le ayudaron a alcanzar la presidencia podrían ahora colaborar en su caída, al convertirse en fuente de críticas y reflejo del descontento social creciente en el país.
El artículo “How Social Media Has Changed Politics. 10 Ways Twitter and Facebook Have Altered Campaigns”, de Tom Murse, explica que “la prevalencia de las redes sociales en la política ha hecho que cargos electos y candidatos sean más responsables y accesibles para los votantes”.
El estudio agrega que “el valor de las redes sociales está en su inmediatez. Los políticos y las campañas no hacen absolutamente nada sin saber primero cómo aterrizarán sus declaraciones políticas o sus movimientos entre el electorado. Tanto Twitter como Facebook les permiten medir instantáneamente cómo está respondiendo el público a un problema o controversia. Los políticos pueden entonces ajustar sus campañas en consecuencia, en tiempo real, sin el uso de consultores o encuestas costosas”.
El avance de las nuevas tecnologías posibilita nuevas maneras de interactuar constantemente. Hace unos años sería imposible contestar a preguntas cómo: ¿Habla el electorado de mí? ¿Qué dice? ¿Sus comentarios son positivos o negativos? Solamente se podían anticipar los resultados a través de encuestas, casi siempre bajo sospecha de obedecer a intereses particulares y de ambigua interpretación. Hoy, el monitoreo social permite anticipar resultados de una forma mucho más transparente, con datos reales y comprobables, en base a las publicaciones e interacciones de los electores.
Y es que resulta difícil imaginar condiciones más favorables para que partidos, candidatas y candidatos aprovechen el alcance de las redes sociales para perseguir sus objetivos políticos. Según la Asociación de Internet MX (AIMX) en su 16° Estudio sobre los hábitos de los usuarios de Internet en México 2020, hasta 2019 había 87.4 millones de internautas, registrando un incremento del 5.4% con respecto al año anterior. Y a esto hay que añadir que durante los meses de la pandemia, el 45% de los internautas en México han aumentado su adopción tecnológica. El estudio añade que la actividad más realizada en Internet durante el 2020 fue por mucho el uso de redes sociales, alcanzando un valor del 89%. Además, nuestro país ocupa la cuarta posición en el mundo con respecto al tiempo promedio que se pasa utilizando las redes sociales.
La tecnología actual ya es capaz de identificar con bastante precisión los elementos que provocan“ruido” intencionadamente, tratando de manipular el monitoreo (y a la opinión pública) a través de los famosos “bots” y estrategias similares, por lo que sólo podemos llegar entonces a la siguiente conclusión: las herramientas y las condiciones están al alcance de partidos, candidatas y candidatos para su uso y beneficio.
Lo cierto es que las elecciones 2021 serán una excelente oportunidad para contestar algunas de las siguientes preguntas: ¿qué influencia tienen las redes sociales en la era de la política digital?¿serán determinantes para el resultado de las mismas?¿en ellas se decidirá el destino de las elecciones y, en definitiva, de México?
En el Capitalino estaremos bien atentos a estas y otras muchas cuestiones, con todos los sentidos puestos en los acontecimientos más relevantes de la actualidad política 2.0.
