La mañana de este sábado 4 de septiembre, se instaló la LXI Legislatura del Estado de México, la primera en la historia de la entidad en contar con una mayoría femenina, integrada por 38 diputadas y 37 diputados, misma que busca materializar las reformas legislativas en materia electoral de las últimas décadas.
Fue en septiembre de 2020 cuando se publicó la última de estas reformas legislativas, la cual estableció la igualdad de oportunidades y la paridad de género, al indicar que las candidaturas a cargo de elección popular deberán ser de paridad absoluta con el 50 por ciento tanto de mujeres como de hombres.
Tanto la reforma a la Constitución Política como el Código Electoral, ambos del estado, publicados el 24 de septiembre de 2020, retomaron las modificaciones a la Carta Magna de 2019, misma que consignó como derecho de la ciudadanía a ser votada en condiciones de paridad para todos los cargos de elección popular y que los partidos políticos observen dicho principio de paridad de género.
De acuerdo con dicha reforma estatal, para que un partido cuente con el derecho a diputaciones de representación proporcional deberá acreditar la postulación tanto de candidatas como candidatos de mayoría relativa, por lo menos en treinta distritos electorales, considerando el 50 por ciento de hombres y mujeres, propietarias y suplentes del mismo género.
Además, se estableció que cada uno de los partidos en lo individual, independientemente de participar coaligando o en candidatura común, deberán registrar una lista con ocho formulas plurinominales que se deberán considerar también con el 50 por ciento de hombres y mujeres, propietarias y suplentes.
Este antecedente directo de la paridad de género para el acceso a cargos de elección popular en el Estado de México se registró durante 2014, con la expedición del Código Electoral que añadió esta disposición, lo que hizo posible la conformación de la saliente Legislatura con 37 diputadas y 38 legisladores.
Mientras tanto, en el ámbito federal, el antecedente se remonta a la década de los 90, cuando se pronosticó que las candidaturas por cuota de género, la cual se había establecido décadas atrás, fueran de una proporción del 30 por ciento mujeres mientras que sería 70 por ciento para hombres, porcentaje que se fue ajustando, hasta llegar a 2014, cuando se reconoció e incorporó a la Constitución federal el principio de paridad.
Gracias a estas reformas locales y federales se atiende también lo señalado en la Agenda de 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cuyo quinto objetivo de igualdad de género, promueve nuevas metas en particular, dentro de las que destacan la de emprender reformas legislativas que otorguen a las mujeres igualdad de derechos.
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DDF
