La Subsecretaría de Turismo a través del Instituto de Investigación y Fomento de las Artesanías del Estado de México (IIFAEM) invitó a la población a recorrer el Estado de México y adquirir una pieza de barro, para compartir un poco de la tierra mexiquense en un espacio del hogar o la oficina.
La entidad cuenta con diversas maravillas artesanales, entre ellas la alfarería, que se trabaja con barro o arcilla, la cual se obtiene de la tierra, principalmente de las montañas mexiquenses y es usado como materia prima por artesanos para crear piezas utilitarias, de ornato y arte.
El proceso no es sencillo, pues después de que la arcilla se mezcla con agua adquiere un aspecto similar al lodo y debe amasarse durante un tiempo considerable para eliminar el aire lo más que se pueda.
Cuando se deja secar al sol se endurece y puede volver a su forma original al triturarlo; sin embargo, cuando es cocido en horno a altas temperaturas toma la forma, textura y belleza única.
El barro ha estado presente en todas las culturas precolombinas y ha permanecido hasta la actualidad ya que forma parte de la identidad del Estado de México y es fundamental en la vida cotidiana, cuando a utensilios se refiere.
Según el lugar del territorio mexiquense, se trabaja con diferentes técnicas como el barro alisado, bruñido, pastillaje, libre de plomo además de agregarle esmalte o la laca para dar brillo a cada pieza de arcilla.
El barro es utilizado para hacer, ollas, cazuelas, jarrones, jarros, platos, réplicas e instrumentos prehispánicos e incluso figuras ornamentales que son consideradas como arte.
Los principales productores alfareros están en los municipios de Atlacomulco, Ixtapan de la Sal, Texcoco y Metepec.
