Fotografía: No Revisions / Unsplash
Ser trabajadora o trabajador doméstico en México implica formar parte de un universo mínimo en el que prácticamente el acceso a los servicios de salud no existe, las prestaciones son casi inexistentes y los ingresos a devengar acaso superen en proporción al salario mínimo con menos horas de trabajo, si bien este suele ser mucho más intenso.
En México, 99 de cada 100 trabajadoras y trabajadores domésticos ofrecen sus labores sin un contrato escrito, tan sólo cuatro de 100 tienen acceso a algún tipo de programa de salud mientras que esta cifra asciende a 28 de 100 cuando se habla de otro tipo de prestaciones, tales como aguinaldo o vacaciones; lo anterior de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al cuarto trimestre de 2021 que publica el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
El universo de las trabajadoras domésticas –porque es una realidad incontrovertible que la mayoría de las personas que se dedican a esta actividad son mujeres (88%) por tan sólo una mínima parte de hombres (12%)– está compuesto por 1.8 millones de mujeres que realizan quehaceres de limpieza y otras actividades complementarias.
Los ingresos que obtienen en promedio, por alrededor de 30 horas de trabajo a la semana, son de alrededor 38 pesos por hora. Ahora bien, es importante señalar que por cada 100 trabajadoras, 42 cumplen con jornadas de 35 o más horas de trabajo, mientras que 40 trabajan de 15 a 34 horas y sólo 18 mujeres laboran menos de 15 horas semanales.
Respecto a su ingreso, en promedio reciben 38 pesos por hora de trabajo. Considerando los diferentes rangos de salario mínimo mensual, se tiene que 58% perciben hasta un salario mínimo, 38% obtienen de uno a dos salarios mínimos y sólo 4% recibe más de dos hasta tres salarios mínimos por sus servicios.
En cuanto a su media de edad, esta ronda en torno a 44 años, mientras que 75% de ellas tienen entre 30 a 59 años. Asimismo, su nivel promedio de escolaridad es de 8.2 años, que equivale al segundo grado de secundaria como nivel de educación máximo.
Las labores predominantes que desempeña una trabajadora doméstica son quehaceres de limpieza y otras actividades complementarias (86%), seguidas de cuidado de menores, personas con alguna discapacidad y adultos mayores (11%), lavado y planchado de ropa (2%) y ocupaciones relacionadas con la cocina, jardinería, vigilancia o cuidado de accesos a propiedades (1%), todas ellas en casas particulares.
La publicación de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo coincide con la celebración del día internacional de las trabajadoras del hogar, el cual se conmemora el 30 marzo.
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