Fotografía: Cortesía OCDE
Sí, pero no. El más reciente Estudio Económico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre México, señala que el país “tiene un gran potencial para convertirse en una economía de alto crecimiento, con altos niveles de vida para todos”, de acuerdo con Mathias Cormann, secretario general de la organización, pero al mismo tiempo recortó en un punto la perspectiva de crecimiento del PIB para 2022.
En diciembre pasado, en el reporte Economic Outlook, el organismo cuya sede está situada en París, Francia, proyectó que el crecimiento de la economía de México en 2022 sería de 3.3%. Casi tres meses después, la OCDE corrige su pronóstico y si bien entre optimismo y loas señala que “la recuperación económica está en marcha, liderada por un desempeño fuerte de los sectores manufactureros y agrícolas y servicios acelerados”, las expectativas en torno al mismo han descendido.
“Al igual que muchos países del mundo, México se vio muy afectado por la pandemia de la COVID-19, pero la recuperación ya está realmente en marcha”, expresó Cormann durante la presentación del estudio que se llevó a cabo de manera virtual y en la que también estuvo presente el Secretario de Hacienda de México, Rogelio Ramírez de la O. No obstante, matizó su optimismo al señalar que “para convertir esta oportunidad en una realidad, es necesaria una agenda ambiciosa e integral de reformas”.
Entre los puntos a tocar para impulsar la inversión y revertir el bajo crecimiento de la productividad en el país, el estudio precisa que sería necesario instrumentar una agenda integral de reformas en la que el desarrollo económico sea más dinámico, se creen más empleos y se destinen más recursos al gasto social.
En específico, y en aras del fortalecimiento del marco de las políticas macroeconómicos, la OCDE sugiere que México debe mantener su compromiso con una política de finanzas públicas sólidas, sostenibilidad de la deuda, así como aumentar los ingresos fiscales con la finalidad de satisfacer las crecientes necesidades del gasto. En este sentido enumera una serie de propuestas que podrían incrementar los ingresos fiscales en 3.5% del PIB.
Dos puntos más que el reporte señala como prioritarios son reactivar la inversión privada y revertir el bajo crecimiento de la productividad. Sin embargo, el primero se estrella con las políticas instrumentadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien con su iniciativa de la reforma energética y una serie de desafortunadas declaraciones, ha desalentado a los inversionistas extranjeros a pensar en México como una opción viable.
“Esto requeriría reformas integrales para mejorar las regulaciones comerciales, impulsar la competencia, reducir la informalidad y la corrupción e intensificar los esfuerzos para cumplir con los objetivos de emisión de gases de efecto invernadero”, se lee en el estudio.
Y sí, todo suena muy bonito y muy idílico, el punto es que para el presidente de México existen otras prioridades antes que atender las recomendaciones de la OCDE que, nuevamente, ha vuelto a rebajar su perspectiva de crecimiento del país. O sea sí, pero no.
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