Investing.com – En medio de una avalancha de titulares de la nueva administración estadounidense, los inversores están analizando las principales medidas políticas para comprender qué es lo que realmente afectará a los mercados. ¿Qué hemos aprendido de Donal Trump hasta ahora?
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Lale Akoner, analista de Mercados Globales en eToro, analiza los últimos acontecimientos significativos que cree que afectarán a los mercados en el futuro. A continuación, reproducimos el análisis íntegro:
Aranceles: El planteamiento arancelario de EE.UU. a China frente a otros países es divergente, de momento. Trump impuso un arancel del 25% a México y Canadá para obtener concesiones, pero retrasó su aplicación una vez que cumplieron. En cambio, impuso un arancel del 10% a China sin concesiones. Más recientemente, Trump dijo que se anunciaría un arancel del 25% sobre todas las importaciones de acero y aluminio.
La reciente evolución de los precios y la volatilidad sugieren que el mercado de renta variable prevé represalias arancelarias prolongadas. Los aranceles podrían tener repercusiones significativas en las empresas energéticas estadounidenses, los compradores y vendedores de acero y aluminio, y la economía en general.
Las acciones de los sectores del automóvil, la tecnología, los bienes de consumo, la industria y el lujo pueden seguir bajo presión debido a la continua incertidumbre. Empresas como Ford (NYSE:F), GM, Stellantis, Volkswagen (ETR:VOWG_p), Apple (NASDAQ:AAPL), Walmart (NYSE:WMT), Caterpillar (NYSE:CAT) y LVMH (EPA:LVMH), en particular, se enfrentan a interrupciones en la cadena de suministro, presiones sobre los márgenes y una incertidumbre comercial general que frena las intenciones de capex. Por último, crece la sensación de que Trump podría avanzar hacia un arancel universal sobre todas las importaciones a finales de este año, lo que pesa sobre el ánimo de los inversores. Mantenemos la cautela, ya que las tensiones comerciales seguirán afectando a los beneficios empresariales y a la confianza del mercado.
Fondos soberanos: La mayoría de los fondos soberanos (SWF) se diseñan a partir de superávits por cuenta corriente, pero EE.UU. carece de uno. En su lugar, el secretario del Tesoro Bessent planea monetizar los activos del balance de EE.UU. para financiar el SWF (pendiente de la aprobación del Congreso). Esto podría suponer un importante acontecimiento en el mercado de capitales, que permitiría a EE.UU. comprar materias primas, expandirse globalmente e invertir potencialmente en empresas.
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Política monetaria: La resistencia del mercado laboral estadounidense respalda la decisión de la Reserva Federal de mantener estables los tipos de interés, mientras que el BCE y el Banco de Inglaterra siguen recortándolos. Se espera que esta divergencia política impulse los mercados hasta el primer semestre de 2025. Todos los bancos centrales, sin embargo, siguen dependiendo de los datos y centrados en vigilar las incertidumbres de la política comercial para su resolución.
Temporada de resultados: Tras los informes de la semana pasada, se espera que el crecimiento de los beneficios del S&P 500 para el cuarto trimestre sea del 12,3%, siendo los sectores de comunicaciones y financiero los dos más fuertes. El crecimiento de los ingresos también es mejor de lo previsto inicialmente, un 5,1%. El sector tecnológico es el líder desde el punto de vista de las ventas, pero el sector sanitario está dando por fin señales de vida, con un aumento previsto de los ingresos del 8,6%. Sería un cambio positivo para el índice en su conjunto.
Trump, guerra comercial y mercados: un riesgo calculado con dinámica incierta
El déficit comercial de Estados Unidos ha aumentado significativamente en los últimos meses, alcanzando la escalofriante cifra de 98.400 millones de dólares en diciembre de 2024. Una señal de alarma para Donald Trump, que lo considera una prueba del trato injusto que recibe Estados Unidos en el comercio mundial. Al mismo tiempo, pone de relieve la inmensa importancia de EE.UU. como mercado clave para otros países.
Es probable que esta evolución refuerce aún más la postura de Trump. Su objetivo: medidas más duras para hacer cumplir lo que considera condiciones «justas». Aunque ha encendido la guerra comercial, aún no la ha intensificado. Los aranceles contra China están en vigor, pero a un moderado 10%. Los aranceles del 25% previstos sobre las importaciones de Canadá y México se pospusieron en el último minuto un mes. Aún no se sabe si se aplicarán realmente o si Trump aumentará aún más la presión.
Sin embargo, el aumento de los aranceles no es la respuesta a su política de «América primero»: la situación económica es demasiado compleja para ello. Trump utiliza las amenazas arancelarias como una herramienta táctica de negociación para imponer sus intereses. Los mercados parecen reconocerlo. Tras el nerviosismo inicial, la situación se ha calmado. La temida escalada no se ha producido, y la mentalidad de “buy-the-dip”, familiar de los últimos dos años, permanece intacta.
Aun así, esto ofrece un atisbo de lo que los inversores pueden esperar en las próximas semanas, y posiblemente en los próximos cuatro años. Los mercados seguirán impulsados por los titulares, y la incertidumbre seguirá siendo un factor constante. Aunque las tensiones han aumentado, aún no ha cundido el pánico. El S&P 500 cerró la semana pasada menos de un 1% por debajo de su máximo histórico.
Los inversores están divididos. Nadie quiere asumir riesgos significativos, pero al mismo tiempo, nadie quiere vender acciones y perderse la próxima ruptura al alza. ¿Cuál es el sentimiento? Un prudente “esperar y ver”.
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