Fotografía: Daniel Lerman / Unsplash
A lo largo de casi 30 años el crecimiento de la productividad en México ha sido negativo. Esto significa que, si bien existen avances, estos son mínimos y no suficientes para impulsar un crecimiento sostenido de la economía. Lo anterior se desprende del informe “Crecimiento de la productividad en México” que publicó el Banco Mundial.
En él se describe a la de México como “una economía en cámara lenta” en la que, a pesar de las reformas, en el periodo comprendido entre 1990 y 2019 el crecimiento económico del país promedió 2.2% anual y el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en relación con Estados Unidos disminuyó de cerca del 30% a menos del 20%.
De acuerdo al organismo se trata de un “análisis exhaustivo a nivel de empresa de toda la economía mexicana a lo largo de 25 años” y está sustentado en las últimas seis rondas de los Censos Económicos que se llevaron a cabo entre 1994 y 2019, en las que fueron encuestadas más de 20 millones de empresas.
En el texto el Banco Mundial afirma que el crecimiento económico del país ha sido impulsado por el aumento de la fuerza laboral que se deriva del dividendo demográfico y, en menor medida, por la inversión de capital. No obstante, también señala que dichos factores se han visto contrarrestados por un crecimiento negativo de la productividad.
“En resumen, el PIB por trabajador (en dólares constantes calculados en paridad de poder adquisitivo) aumentó a una tasa anual de 0.1 por ciento entre 1991 y 2020. Esta cifra está muy por debajo del crecimiento observado en otras economías que partieron de niveles de ingresos ampliamente comparables, como son la República de Corea (3.3%) y la República Checa (2.0%), o incluso los promedios de la OCDE y de América Latina, del 1.1 y 0.8%, respectivamente”, se lee en el informe.
Al lento avance de la productividad en México, el organismo suma el impacto que tuvo la pandemia de la COVID-19 y apunta que el gobierno mexicano está trabajando para garantizar la recuperación de la acumulación de factores, para lo cual ejemplifica con los grandes proyectos de infraestructura que están teniendo lugar en el sur del país y que servirán para revitalizar la inversión pública.
Sin embargo, también advierte que para que estas obras tengan un impacto significativo y sostenido en el crecimiento de la economía, deben complementarse con otras reformas estructurales que van desde realizar cambios en el ámbito fiscal para incrementar los ingresos, a otorgar una mayor flexibilidad legal a las mujeres en cuanto a horarios de trabajo y trabajo en casa, así como a establecer una paridad salarial entre hombres y mujeres.
Al mismo tiempo el Banco Mundial precisa que, “sobre todo, México necesita reformas para virar hacia una senda de mayor productividad. Entender las causas de la debilidad de la productividad de México y las limitaciones a su crecimiento, y por lo tanto informar el diseño de estas reformas, son los objetivos de este informe”.
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