Fotografía: Carlos Aranda / Unsplash
Mientras la agencia calificadora Moody’s mantuvo estable la perspectiva de crecimiento para la mayoría de los sistemas bancarios de Latinoamérica, en el caso de México su pronóstico es negativo y vaticina un escenario nada optimista dadas las actuales condiciones del país. Todo eso mientras el inquilino de Palacio Nacional y el partido en el poder festejan el resultado de la consulta de revocación de mandato que, excepto a ellos mismos, a nadie más le interesaba.
La débil y lenta recuperación económica, una demanda interna en condiciones similares, más la perspectiva de inversiones mínimas en el corto y mediano plazo, sin dejar de lado que los índices inflacionarios se mantendrán a la alta, hacen ver a México como el alumno indisciplinado de Latinoamérica, algo que de extraño no tiene nada si se analiza el comportamiento del presidente Andrés Manuel Lópeza Obrador.
“Los gobiernos de la región (América Latina) seguirán estando dispuestos a apoyar a los bancos más importantes en caso de ser necesario, a fin de preservar la estabilidad financiera, aunque la capacidad será limitada en algunos países debido al deterioro de la fortaleza fiscal, como en México”, se lee en el reporte de la agencia.
Argentina, Brasil, Colombia, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay, son los países cuyos sistemas bancarios mantuvieron una perspectiva estable a juicio de Moody’s, que también revisó desde negativos a estables los pronósticos para Centroamérica, el Caribe y Chile.
Por otro lado, y al igual que otros análistas o instituciones financieras, Moody’s sitúa el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de México a la baja y lo coloca en niveles ínfimos: 1.1% en 2022, mientras que la proyección para 2023 es de 2.1%.
En lo referente a la inflación en el país, que en días recientes tocó un máximo histórico de 7.45%, las previsiones de la calificadora tampoco son optimistas y se mantienen en línea con los pronósticos del sector.
“Las relaciones comerciales limitadas con Rusia y Ucrania limitarán las revisiones a la baja del crecimiento del PIB, pero los efectos secundarios del conflicto militar mantendrán la inflación alta, en 7.3% en febrero del 2022, y dificultarán que vuelva a la normalidad el objetivo del 3% del banco central”, indicó la agencia.
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