Fotografía: Secretaría de Hacienda y Crédito Público
Hace un mes exactamente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la conferencia de prensa que ofrece todas las mañanas en Palacio Nacional, dijo que el crecimiento económico de México, a una tasa anual, sería de 5.0%. De dónde extrajo la cifra, es un misterio, pero más allá de su “optimismo”, hoy el Banco de México proyectó que la estimación puntual del Producto Interno Bruto (PIB) del país para 2022 será de 2.4%.
Así lo dio a conocer Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora de Banxico, durante la presentación del informe trimestral de resultados de la institución. El matiz de la proyección, menos de la mitad de lo imaginado por el presidente, contempla un rango superior de 3.2% y uno inferior de 1.6%, pero la cifra ya comienza a alinearse con la realidad toda vez que el Fondo Monetario Internacional en su última estimación pronosticó que la economía de México crecería 2.8%.
Ciertamente el contexto que enfrentan las finanzas nacionales está enmarcado dentro del escenario de la economía mundial: el surgimiento de la variante Ómicron de la COVID-19 el otoño pasado provocó afectaciones en la cadena de suministros y esto una elevada inflación a nivel mundial, pero no es menos cierto que México junto con Argentina son los dos únicos países de Latinoamérica que no han podido volver a los niveles de crecimiento que se tenían antes de la pandemia.
El informe de Banxico señala ese entorno adverso y apunta a una serie de riesgos que podrían presentarse e impedir el crecimiento de la economía nacional: la persistencia de la pandemia, la prolongación o intensificación de los problemas en la cadena de suministros, la recurrencia de episodios de volatilidad en los mercados internacionales, así como que la recuperación del gasto en lo relativo a las inversiones sea menor a lo esperado.
Hasta ahí todo bien, pero en abundancia al último punto, el informe señala algo que no va a gustarle nada a López Obrador: “En este sentido, que una posible reorganización del sector eléctrico dé lugar a un entorno menos propicio para la inversión”.
La parte optimista del informe tiene que ver con la proyección de que la inflación irá a la baja a lo largo del año y que la cifra de estimada de 3.0% se alcanzará en algún momento del tercer trimestre de 2022.
Pero, bueno, todo esto no importa mucho. Mañana por la mañana alguien dirá que tiene “otros datos”.
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