Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca. Fotografía: Chris Kleponis / Agencia EFE
La decisión del gobernador de Texas, Greg Abbott, de implementar una serie de inspecciones minuciosas y exhaustivas a los camiones de carga que se desplazan por la frontera de México y Estados Unidos, ya provocó escozor no solamente entre organizaciones empresariales, conductores y las compañías que exportan mercancías, sino también en la Casa Blanca que hoy emitió un comunicado pronunciándose en contra.
Jen Psaki, la portavoz de la casa presidencial fijó la postura del gobierno estadounidense al señalar que la iniciativa de Abbott está provocando una serie de problemas que están afectando de manera importante no sólo a las partes directamente involucradas, sino también a los habitantes de Texas y consecuentemente a todo el país.
“Las innecesarias y redundantes inspecciones del gobernador Abbott a los camiones que transitan por los puertos de entrada entre Texas y México están causando importantes interrupciones en las cadenas de suministro de alimentos y automóviles, retrasando la fabricación, impactando en los puestos de trabajo y aumentando los precios para las familias en Texas y en todo el país”, se lee en el comunicado.
La semana pasada, Abbott puso en marcha una iniciativa para que todos los camiones de carga que ingresan de México a Texas fuesen sometidos a una serie de inspecciones adicionales por parte de funcionarios estatales, esto luego de haber sido sometidos a la habitual inspección federal en los puertos de entrada.
La implementación de la medida provocó que los tiempos de espera para los vehículos que llegan a la frontera con productos agrícolas se alarguen a más de 30 horas en algunos casos. Las reacciones no se hicieron esperar y el día de ayer un grupo de transportistas mexicanos, a modo de protesta, bloqueó el Puente Internacional Pharr, el cual conecta con la ciudad mexicana de Reynosa.
Psaki explicó que el descontento no sólo está teniendo lugar al sur del Río Bravo, sino también al norte, pues empresas locales y asociaciones comerciales ya se manifestaron en contra de la decisión de Abbott y le han solicitado que revierta la medida en virtud de que los camiones se enfrentan a retrasos que se prolongan por más de cinco horas en algunos cruces fronterizos, amén de que el tráfico comercial ha disminuido hasta en 60 por ciento.
“El flujo continuo de comercio y viajes legítimos y la capacidad de CBP para hacer su trabajo no deben ser obstruidos. Las acciones del gobernador Abbott están afectando a los puestos de trabajo de la gente, y a los medios de vida de las familias estadounidenses trabajadoras”, expuso Psaki.
La reacción de la Casa Blanca se suma a la de varios congresistas locales, organizaciones de comercio y empresas que desde el día de ayer se han manifestado en contra de la polémica decisión del gobernador texano.
Te puede interesar: Advierten de pérdidas millonarias por revisiones en Texas
