Nicolás Jarry está completando una temporada memorable, sobre todo, cuando la superficie se tiñe de arcilla. Sin ir más lejos, este viernes en el Gonet Geneva Open aseguró su presencia en la segunda final ATP Tour del año (Santiago y Ginebra) tras derrotar a Alexander Zverev en sets corridos.
El chileno, que ya había sido finalista en su única participación anterior en la tierra batida suiza (en 2019 perdió con Zverev), vengó precisamente aquella derrota en en semifinales de esta edición, imponiéndose por 7-6(3), 6-3 en una hora y 46 minutos.
Es la quinta final ATP Tour de la carrera del andino (2-2) y todas han sido sobre polvo de ladrillo. Su gran rendimiento este curso en la superficie le permitirá regresar al Top 50 por primera vez desde julio de 2019.
Nico está jugando probablemente el mejor tenis de su carrera sobre una arcilla que le sienta de maravilla, teniendo el posicionamiento de cancha lo más atrás posible para atacar al rival con su potente drive.
Jarry empezó el torneo con victoria ante el siempre complicado Dusan Lajovic, posteriormente avanzó tras el retiro por lesión de Tallon Griekspoor. En cuartos, derrotó al primer preclasificado Casper Ruud y sentenció al teutón Zverev para colocarse en la disputa por el título en la ciudad europea.
En la última ronda le espera Grigor Dimitrov, al que se le estaba resistiendo la posibilidad de pelear por un título ATP Tour. Tanto que desde 2018, el búlgaro no alcanzaba la última ronda de un torneo hasta que este viernes en Ginebra rompió la sequía.
El No. 33 del ranking mundial lo hizo a lo grande, remontando en semifinales de Ginebra ante el cabeza de serie No. 2 Taylor Fritz por 3-6, 7-5, 7-6(2) en dos horas y 52 minutos.
La última vez que Dimitrov había llegado a una final se remonta cinco años atrás. Fue en Róterdam 2018, donde cedió ante Roger Federer. Desde entonces había perseguido su 16ª final ATP Tour hasta en once ocasiones sin éxito. Once veces cayó en semifinales.
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