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Inauguran la máxima fiesta Paralímpica en Tokio

por | Ago 24, 2021

La fiesta de los Juegos Paralímpicos fue inaugurada en el Estadio de Tokio, que se vio iluminado con una llama tricolor de azul, rojo y verde, sin los atletas afganos, aunque fueron homenajeados, sin público y con un equipo de refugiados, quienes abrieron el desfile de 162 países reunidos en la capital japonesa.

EFE

La historia de esta inauguración se desarrolló en un aeropuerto, con las alas de los aviones como protagonistas, como metáfora del impulso que mueve a los para deportistas a cosechar éxitos en su vida.

La bandera japonesa fue transportada por seis destacados deportistas: Miki Matheson, Mineho Ozaki Taiyo Imai, Erina Yuguchi, Kaori Icho y Lucha Takumi Asatani, al compás de la melodía de piano de Nobuyuki Tsujii, un joven pianista ciego que ya ha actuado en el Carnegie Hall de Nueva York y después, Hirari Sato fue la encargada de poner voz al himno japonés.

Ese momento musical dio paso a la entrada en escena de una hélice gigante que fue enviando globos rojos, verdes y azules desde tres direcciones, mientras unos bailarines de danza contemporánea, dirigidos por Kaiji Moriyama, se movían con las ráfagas de viento.

378 fuegos artificiales, también de tres colores, cambiaron la sintonía del guión a la electrónica para empezar el desfile de los participantes en estos Juegos, tres más que en Río de Janeiro, incluidos Paraguay, Bután, Maldivas y las islas caribeñas de Granada y San Vicente y las Granadinas, que debutan en el mayor evento mundial del deporte.

Ahora los griegos no fueron los primeros en aparecer, los que iniciaron el desfile fueron los seis integrantes del equipo de refugiados, el nadador afgano Abbas Karimi, el nadador Ibrahim Al Hussein, la lanzadora Alia Issa y el piragüista Anas Al Khalifa, de Siria, el taekwondoín de Burundi Parfait Hakizimana y el lanzador de disco iraní Shahrad Nasajpour.

La delegación afgana, que no pudo estar presente en Tokio debido a la crisis migratoria y política que está sufriendo el país tras la llegada de los talibanes a la capital, sin embargo el Comité Paralímpico Internacional quiso tenerlos presentes luciendo su bandera en señal de solidaridad con sus deportistas y un voluntario fue el encargado de desfilar con ella.

La delegación mexicana fue encabezada por Amalia Pérez y Juan Diego García, los atletas encargados de portar la bandera de en la justa veraniega.

Esa explosión de color que supuso el desfile siguió con otra en la que varios artistas disfrazados se dejaron llevar por el movimiento de la escenografía realizada por Yohei Taneda, director de arte de la película ‘El mundo secreto de Arriety’.

EFE

Los discursos institucionales los abrió Seiko Hashimoto, presidenta del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos: «la anterior vez trajo un desarrollo de los deportes para personas con discapacidad, mientras aceleraba su independencia y participación social. Ahora, tenemos la misión de cambiar el futuro del mundo con la fuerza de los deportistas para una sociedad de convivencia donde la gente pueda estar sin ningún obstáculo».

Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Internacional, quiso dar las gracias a todos los deportistas por el esfuerzo realizado para estar en Tokio, en unos Juegos que calificó de seguros por los protocolos decretados por el Comité Organizador.

«Nosotros tenemos el honor de celebrar unos Juegos que cambiarán la percepción de las personas con discapacidad porque queremos cambiar esa percepción que aún existe en muchas partes del mundo hacía este colectivo que representa al 15% de la sociedad», confesó.

La música no dejó de alegrar esta celebración, así apareció Tomoyasu Hotei, uno de los guitarristas japoneses más famosos, autor de la canción ‘Battle Without Honor Or Humanity’ para la película ‘Kill Bill’ de Quentin Tarantino.

Los últimos relevos de la antorcha paralímpica fueron Kuniko Obinata, triple medallista en esquí alpino, Takeuchi Mashiko, exjugador de tenis de mesa y medallista de oro en Tokio’64, y Mayumi Narita, ganadora de quince oros en natación, entraron al estadio portando tres antorchas, que se las dieron a tres ciudadanos anónimos.

Al final tres deportistas paralímpicos Yui Kamichi de tenis, Shunsuke Uchida de boccia y Karin Morisaki de halterofilia, se encargaron de subir los últimos metros, en sus sillas de ruedas, para encender el pebetero, que iluminó el cielo de Tokio con un chispazo provocado por mil fuegos artificiales.

EFE

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