Ya no extraña que a un gran número de eventos deportivos, le pongamos el calificativo de atípico, debido a la crisis sanitaria que vive el mundo por el Covid-19, pero eso es precisamente lo que presenta el Abierto de Australia, primer torneo de Grand Slam del año y que tuvo que cambiar de fecha ya que la ATP y la WTA, han reprogramado sus calendarios, ante la cancelación o aplazamiento de varios torneos.
El Australian Open, se juega tradicionalmente la segunda semana de enero, pero para esta edición se movió del 8 al 21 de febrero.
Esta situación, de mover de fecha varios torneos, se dio mucho en el 2020 por el Coronavirus, el que más llamó la atención fue Roland Garros que de su original y tradicional mes de mayo, se movió hasta octubre.
Para este primer Major del año, se dio la peculiaridad de confinar en sus habitaciones a 72 tenistas, hombres y mujeres que tuvieron que guardar una cuarentena obligatoria, ya que en un vuelo procedente de Los Ángeles, en que viajaban estos jugadores, se dio el caso de dos pasajeros que arrojaron positiva una prueba PCR de Covid y de inmediato el Comité Organizador los confinó en sus respectivos hoteles.
El Abierto de Australia 2021 sí podrá contar con publico en sus tribunas a diferencia del año pasado en que ningún torneo se jugó con aficionados y las autoridades sanitarias del país y el Comité Organizador, determinaron que el torneo contará con un aforo del 50 por ciento que se traduce en 30 mil personas, durante los primeros 8 días del evento, que es cuando más rondas se juegan y cuando más tenistas participan, debido a que son las primeras rondas.
En el aspecto deportivo se podrían dar dos hechos históricos ya que Rafael Nadal, de ganar el título, llegaría a 21 victorias en eventos de Grand Slam, rompiendo la legendaria marca de 20 de Roger Federer quien no participará en esta edición.
En damas, Serena Williams busca su título 24 con lo cual empataría a Margaret Court, como las más ganadoras de la historia, en ese rubro.
El número uno del mundo, Novak Djokovic, está jugando a un excelente nivel desde hace por lo menos un par de años y es el campeó defensor, en un torneo que se le da históricamente muy bien. Es el candidato número uno para llevarse el título.
El español Nadal, como describíamos va en buscar de hacer historia en un torneo que se le niegan normalmente ya que ha llegado a varias finales, pero sólo lo ha ganado dos veces. Sus problemas de lesiones, en esta ocasión de espalda, hace de su participación una incógnita, ya que no juega desde hace dos meses y habrá que ver la forma física y tenística en la que llega.
El austriaco Dominic Thiem, perdió la final del año pasado ante Djokovic y por supuesto no hay que perderlo de vista. Es de los jugadores que más han elevado su nivel tenístico en el último año y muestra de ello es que ganó el Us Open del año pasado, su primer Grand Slam y lo cual le ha dado una gran confianza.
El alemán Alexander Zverev es junto con Thiem, los dos jugadores que más evolución han tenido en su tenis. Desde muy joven mostró sus grandes cualidades, pero de repente tuvo un bajón que no le permitió ganar los torneos que de él se esperaban. Hoy en día es un rival muy peligroso para cualquiera.
El ruso Daniil Medvedev es otro de los Caballos Negros que podría llevarse el cetro y lo demostró en el atípico 2020 que lo coronó con el título de las Finales de la ATP.
En damas ya comentamos lo de Serena Williams, quien ya no es tan dominante como lo fue a lo largo de su fructífera carrera.
La australiana Ashleigh Barty, número uno del mundo, deber estar marcada como favorita, aunque no jugó casi nada en el 2020, por precaución al Covid-19, pero llegó a al final de un torneo la semana pasada y enseño que está en buen ritmo.
Sofía Kenin de Estados Unidos es la campeona defensora y habrá que tomarla muy en cuenta, lo mismo que a la japonesa Naomi Osaka, campeona en el 2019 y quien ganó el Abierto de Estados Unidos el año pasado, demostrando su buen nivel.
Por México habrá presencia en los dobles de ambas ramas, con Santiago González y Giuliana Olmos.
