De manera dramática, el Chelsea se proclamó campeón del Mundial de Clubes al derrotar 2-1 al Palmeiras en tiempo extra. El alemán, Kai Havertz se vistió de héroe tras convertir la pena máxima al minuto 117.
Con este triunfo de alto nivel, los «Blues» consiguen su primer título de la competencia en su historia y emparejan su récord en finales ganadas y perdidas (1-1). En 2012, el Corinthians de Brasil fue el encargado de arrebatarles la corona Internacional.
Chelsea y Palmeiras fueron de menos a más en el partido, pues teniendo un control pasivo del esférico en los primeros minutos, poco a poco se fueron desenvolviendo para dar llamadas de atención al equipo rival.
Ante el juego tan competetivo, existieron en varias ocasiones desatenciones en la zona baja del conjunto brasileño, sin embargo, Weverton, arquero de los cariocas, salió inspirado y tuvo una actuación sublime bajo los tres postes.
A su vez, el Chelsea liderado por Tomas Tuchel, siguió insistiendo y con su garra icónica, se pusieron al frente en el marcador, después de que el artillero belga, Romelu Lukaku, mandara a guardar el esférico con un cabezazo, gracias a la mágica asistencia de Hudson-Odoi.
Posteriormente, lo que parecía solo un sueño, se convirtió en realidad; una mano de Thiago Silva en el área chica tuvo como consecuencia un penal para la escuadra verde. Raphael Veiga reavivó las esperanzas de los sudamericanos al convertir desde los once pasos y con el estadio retumbando, emparejaron los cartones.
Finalmente, ninguna de las dos escuadras logró hacerse de la victoria en los 90 minutos, por lo que el partido se alargó a tiempo extra. Con la ilusión a tope, ambos equipos fueron al frente en los 30 minutos y cuando parecía que el partido se iba a definir en tanda de penales, el central del Palmeiras, Luan, intervino con una mano dentro del área.
Hai Kavertz, ex Leverkusen, no perdonó y le dio la gloria a los londinenses tras definir el penal de manera perfecta. Con este tanto, Havertz se convierte en el primer jugador en la historia del Club en anotar en finales consecutivas y sobre todo, ser el único autor de los tantos en dichas instancias. Hay que recordar que en la pasada final de Champions League, también fue el encargado de darle la corona a su equipo.
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D.R.N.
