Baja el telón para el Barça en la temporada que
se proclamó campeón por 27ª vez en su historia. Final feliz para un Celta de Vigo, que salió a morder para certificar la salvación y la logró (2-1), con doblete de un excelso Gabri Veiga. Lewandowski arrancó el partido ya como Pichichi del torneo y Ter Stegen perdió los dos récords que tenía en juego.
Duelo de contrastes, el que se vivió en Vigo. Mientras el Barça llegaba con los deberes hechos a tiempo y la Liga ya bajo el brazo, el Celta se jugaba el todo por el todo para mantener la categoría.
La afición celeste se volcó de forma incondicional con el equipo, tiñendo las gradas y los aledaños de Balaídos de azul. La ilusión de un pueblo que lleva años flirteando con el infierno frente al campeón.
Los locales apretaban y le buscaban las cosquillas a Ter Stegen, pero el primer balón que traspasó la línea de gol fue en la portería de Iván Villar. Kessie cazó un balón mordido de Lewandowski en el corazón del área y se hizo el silencio en toda Vigo, tras unos segundos de suspenso, el árbitro lo anuló por fuera de juego y la grada celeste lo celebró como si del 1-0 se tratara.
El que sí celebró fue el de la estrella Gabri Veiga, quien hizo añicos las esperanzas de Ter Stegen para lograr sus dos récords (mayor número de porterías a cero en la historia de la Liga y mejor coeficiente de goles encajados) con un preciso disparo cruzado desde el carril diestro del ataque. Delirio y euforia celeste.
Con la reanudación, Xavi sacudió al equipo dando entrada a Gavi por Christensen, con lo que Eric retrasó su posición al central y De Jong se situó en el pivote. A pesar de no tener nada en juego, Hernández no arrojó la toalla y buscaba la reacción de su equipo dándole una marcha más a la sala de máquinas con la entrada del sevillano.
También entró Iñaki Peña, evitando que los registros de Ter Stegen se viera aún más emborronados. No llevaba ni dos minutos el alicantino con los guantes puestos que ya tuvo que recoger el balón del fondo de las redes. Obra maestra de Gabri Veiga con una preciosa vaselina por la escuadra del palo largo.
Con esta renta, el Celta ya vislumbraba su salvación y Balaídos fue una marea celeste de camisetas y bufandas al aire. Ovación atronadora para Gabri Veiga, quien probablemente jugó su último encuentro con el cuadro gallego.
El segundo tanto dejó noqueado al Barça, pero la combinación de Dembélé con Ansu Fati maquilló el resultado. Aunque se mascaba el empate, el Celta respiraba tranquilo porque solo una carambola podría descenderlos. El Barça cerró la Liga con 88 puntos, la mejor puntuación de las últimas cinco temporadas del Club.
Te puede interesar: ¡Alcaraz y Tsitsipas chocarán por el pase a semis de Roland Garros!
