A 98 años de su nacimiento, el mundo literario recuerda a José Saramago, poeta, escritor, dramaturgo, novelista y periodista portugués, Premio Nobel de Literatura en 1998. En nuestro país es un referente indudable, no sólo por sus novelas, sino por su cercanía con México.
Pilar del Río, esposa de José Saramago y su principal traductora al español, alguna vez dijo que el escritor conocía a México mucho antes de conocerlo en persona, «porque leía y amaba su literatura gracias a autores como Sor Juana Inés de la Cruz, Juan Rulfo, Carlos Fuentes y José Emilio Pacheco».
El escritor estuvo varias veces en nuestro país, en diferentes ferias de libro y por sus convicciones, también estuvo presente en el Movimiento Zapatista. El 11 de marzo de 2001 estuvo en la Ciudad de México para saludar a la marcha zapatista que entraría al Zócalo capitalino. En esa misma plaza presentaría ante unas cuatro mil personas, la mayor parte jóvenes, su novela La caverna. En ese escenario mencionó: «Si alguna vez llego a escribir una autobiografía, destacaría dos fechas: 1998 cuando recibí el Premio Nobel de Literatura, y 2001, por este encuentro en el Zócalo de la Ciudad de México».
José Saramago decía «soy un comunista hormonal» y varias veces visitó Acteal, ahí dijo «vengo a poner mis palabras a sus órdenes». Fue portavoz de muchas causas por la libertad y la dignidad desde una perspectiva de «humanismo comprensivo», como definió su esposa.
Saramago fue uno de los favoritos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (tan recordada en estos días), y su directora Marisol Schulz recuerda una ocasión en la que el escritor hizo una firma de libros. «La gente hacía largas filas, incluso fuera del recinto, a tal grado de que a su salida tuvo que sacar la mano de la ventanilla de su auto y, como estrella de rock, saludar a todas las manos extendidas a su encuentro».
Cuando el escritor visitaba nuestro país, «en cualquier calle, de manera espontánea, la gente me pide que le firme ejemplares de libros», prácticamente le ponían enfrente novelas como Ensayo sobre la ceguera o Memorial del convento. Y reconocía que a partir del Nobel, se trastornó la vida tranquila que tenía en Lanzarote, Canarias, su refugio.
Hijo de padres campesinos, que querían que su hijo fuera cerrajero, Saramago fue uno de los escritores más importantes del siglo XX. La primera obra que publicó fue Tierra de pecado en 1947 y no volvió a escribir hasta 20 años después. Es reconocido por obras como El Evangelio según Jesucristo (1991), Ensayo sobre la ceguera (1995), La caverna (2000), El viaje del elefante (2008), Caín (2009), entre muchos otros. Él mismo se consideraba un melómano. Le gustaba escuchar música mientras escribía, aunque estuvo consciente que dicha combinación no era siempre recomendable. Llegó a decir que «El escritor es un pobre diablo que trabaja».
En 1998 se le otorgó el Premio Nobel de Literaura. La Academia Sueca destacó su capacidad para «volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía». Sus libros se han traducido a más de 20 idiomas.
En Radio UNAM se puede encontrar la adaptación de Ensayo sobre la ceguera para serie radiofónica. https://descargacultura.unam.mx/ensayo-sobre-la-ceguera-30979
José Saramago falleció el 18 de junio de 2010 a los 87 años.
«Los ríos, como los hombres, sólo cerca del fin acaban sabiendo para qué nacieron».
Galería: Novelas de José Saramago https://elcapitalino.mx/cultura/galeria-novelas-de-jose-saramago/
