El sueño comenzó un 19 de abril de 1996, en Atlautla, con la construcción del horno que lleva por nombre “Hilario”
Por: Gibrany Jazzmeleth
Uno de los protagonistas de estas fechas es sin duda el pan de muerto, que no puede faltar en las ofrendas de los hogares de las familias mexicanas; su preparación es un ritual para recordar a nuestros seres queridos que se nos han adelantado. Es por eso que la familia Villanueva continúa esta tradición, a través de José Villanueva, quien aprendió la elaboración de este singular pan de la mano del fallecido Don Juan Villanueva, su padre.
Azúcar, huevos, manteca, harina y sus manos, son los instrumentos que necesita José Villanueva para la elaboración de pan de muerto artesanal; oriundo de Atlautla, Estado de México, que por más de 26 años en la preparación de este rico pan de temporada.
El sueño comenzó un 19 de abril de 1996, en av. Guerrero s/n entre Guerrero y Tlaxcala, Atlautla, con la construcción del horno que lleva por nombre “Hilario” en honor a uno de los integrantes de la familia Villanueva.
En entrevista, José Villanueva nos comentó que “Todo lo que existe en este espacio tiene un por qué, el nombre del horno es un homenaje a uno de mis hermanos quien falleció al mes de nacido, por lo que mi papá decidió ponerle así, como un gesto de amor eterno”.
Además, dijo que: “el horno como tal tiene 26 años que se construyó, que es el tiempo aproximado que llevo trabajando. Esto lo heredé de mi papá, llevaba más de 40 años haciendo pan, claro, trabajando para otros hornos. Hasta que un día, él junto a mi madre decidieron emprender el sueño de construir su propio horno y así poder trabajar de manera autónoma, por supuesto, siendo sus propios jefes”.
En temporada de día de muertos, la tradición continúa vigente para las familias de la comunidad, ya que se dan cita en el horno para ver el proceso de preparación; al ser artesanal tarda “de 10 a 12 horas, comenzando con la masa que en promedio de media hora se prepara, esperar a que se infle son cuatro horas más, llevando así cuatro horas y media; dos horas en hacer el diseño, son seis y media, más dos horas en la tabla son ocho y media, una hora o más en el horno diez, doce horas. Igual depende mucho del clima” aseguró Villanueva.
Es uno de los pocos hornos que abren sus puertas al público. Cabe resaltar que, en una producción máxima en temporada alta, elaboran un promedio de 9,600 panes en una semana. Al ser una receta artesanal, José tarda aproximadamente treinta segundos en preparar una pieza de pan, mientras que una máquina seis segundos, sin embargo, a diferencia de estas, las piezas del Horno de Hilario son únicas y con un sabor exquisito.
“En este horno no encontrarás batidoras, hornos de gas, mucho menos termómetros, todo es completamente a mano, en temporada de muertos cinco personas y seis con el horno; quienes me apoyan y se van rolando en los diferentes puestos, algunos les toca batir, decorar, poner el agua, todos se van rolando los turnos” comentó José.
El horno es prendido a base de leña de capulín “esa madera me la venden los campesinos de la zona, son de capulines ya viejos, también ocupo leña de ocote, que es de árboles plagados o árboles que se cayeron, así es como obtengo la leña” afirmó Villanueva.
José, no solo utiliza el horno en día de muertos, también abre las puertas de Hilario para dar talleres de conchas, roscas, aun si no es temporada, esto con el fin de promover el turismo y la gastronomía de su comunidad. “Claro, doy talleres a personas extranjeras y de la Ciudad de México, los llevo a visitar los campos de lavanda y toronjil, también realizamos visitas guiadas a la iglesia, temazcales y acampamos en cabañas cerca de la comunidad, por supuesto, no puede faltar la degustación de los deliciosos tlacoyos y agua del volcán o té de toronjil”.
Aseguró, que en los días de los fieles difuntos lo viene a visitar su papá o algunos seres que partieron, ya que, ha tenido experiencias paranormales “Más de una vez en esos días me abren la puerta en la noche, pero no hay nadie y no hace aire. Pero aquí ya nos acostumbramos”.
Siguiendo con la costumbre, el proceso artesanal no es interrumpido “es nuestra tradición, o sea es el proceso de cómo mi padre aprendió, así, él me lo enseñó a mí. Hacerlo paso por paso, respetar los tiempos más que nada, no acelerar el proceso porque, si no, ya no queda igual» afirmó.
José Villanueva, aprovechó el espacio para invitar a todo el público en diciembre, para disfrutar de un curso de rosca de reyes tradicional en el municipio de Atlautla.
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Si quieres saborear los ricos panes de muerto visita el horno “Hilario” en Atlautla en av. Guerrero s/n entre guerrero y Tlaxcala, o en Facebook como José Adrián Villanueva o al número de WhatsApp 5531193077.
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